Calaveras 2020
Autor | Roberto Gómez Junco |
AMLO
Esa flaca estaba harta
y su acción fue tremebunda:
yendo AMLO tras la cuarta
no llegó ni a la segunda.
Destrozada su salud
fue normal que tal enredo
lo insertara en su ataúd
como simple anillo al dedo.
De sepulcros queda llena
del panteón toda la zona,
pues se supo que Morena
muerto él se desmorona.
HUGO LÓPEZ-GATELL
Fue ese virus su verdugo
-más alguna insuficiencia-
y por esa causa Hugo
no llegó a la conferencia.
Al panteón se va despacio,
no se siente tan maltrecho
(comprobar que sí hay espacio
lo ha dejado satisfecho).
ROCÍO NAHLE
Esa muerte que le toca
inició con una tos
(tosió tanto que su boca
parecía que fueran dos).
Se le ve inmóvil y fría,
como débil, con desgano,
sin proyectos ni energía...
y en panteón zacatecano.
FELIPE CALDERÓN
Asegura una versión,
aunque suene a caso raro,
que ha matado a Calderón
el fantasma de Genaro.
Toma impulso fallecido
y arma cónclaves y juntas
al formar nuevo partido
de difuntos y difuntas.
GILBERTO LOZANO
Es muy raro el colofón
de Gilberto y su partida
cuando pierde la razón,
los recursos y la vida.
Al panteón se le condena,
su final es espantoso
y aunque lucha nada frena
su destino en ese pozo.
ROSARIO ROBLES
No sirvieron tantas quejas,
acabó Rosario mal
y descansa entre las rejas
de un sepulcro de metal.
Aunque busca con esmero
resurgir libre y airosa,
le impidió el sepulturero
que saliera de su fosa.
ALFONSO DURAZO
Sucedió ese triste caso,
le llegó la mala hora
y quedó fuera Durazo
de este mundo y de Sonora.
Él presume, estando ido
-superado el trance duro-,
de sentirse protegido
y encontrarse más seguro.
MANUEL BARTLETT
De Manuel dice la gente
que al sufrir el patatús
le cortaron la corriente
del oxígeno y la luz.
Se quedó en sepulcro fijo,
en su tumba se le deja
(aunque está a nombre del hijo
y también de su pareja).
ALFONSO ROMO
Dijo así la cruel catrina:
"No me arrugo ni me enconcho,
y al pasar a su oficina
a ese Romo me lo poncho".
En su fosa, sepultado,
muy cansado se le ve,
sin negocios, relajado,
sin vigor ni 4T.
SALVADOR CIENFUEGOS
Cuando ve al enterrador
que le envía la parca gringa,
no se salva Salvador,
ni reclama ni respinga.
No hubo súplicas ni ruegos,
y se vio como algo serio
que el sepelio de Cienfuegos
incendiara el cementerio.
OLGA SÁNCHEZ CORDERO
Indignó el mordisco artero,
la fatídica encomienda,
y que el lobo ese a Cordero
se sirviera de merienda.
Queda Olga sin holgura
-con sollozos lastimeros-
en flamante sepultura,
entre velas y floreros.
PORFIRIO MUÑOZ LEDO
Hoy salimos de la duda
del deceso tan tardado:
su expediente a La Huesuda
se le había traspapelado.
Aunque siguen con la pena
-y entre llantos a granel-,
muchos dicen que a Morena
la quería enterrar con él.
MARIO DELGADO
No aguantó tanta tensión,
marchó Mario al otro lado
(descansando en el panteón
se le nota más delgado).
Muerto sufre en su mortaja,
no soporta ese martirio,
porque encima de su caja
se instaló la de Porfirio.
ALFONSO RAMÍREZ CUÉLLAR
Según triste información,
un error un tanto zonzo
provocó aquel tropezón
que acabara con Alfonso.
Su deceso sobrevino
y hoy está su agenda llena,
dirigiendo de interino
a los muertos de Morena.
ARTURO HERRERA
Sin tener lana es muy duro
encontrar consuelo en algo,
y por eso ha sido Arturo
sepultado allá en Hidalgo.
Con la crisis tan tremenda,
preocupado se le nota,
y en...
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