Empresa/ Callejón

AutorAlberto Barranco Chavarría

Detrás del estruendoso festejo, a vuelo de fanfarrias, de la empresa Mexicana de Lubricantes ante la triple sentencia de amparo obtenida hace unos días contra una resolución de la Comisión Federal de Competencia que ordena el desmantelamiento de una práctica monopólica, existe una razón más que poderosa: de la desaparición de la espada de Damocles pende su sobrevivencia.

De ahí, pues, que el recurso otorgado por los jueces segundo, sexto y séptimo de Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal, se haya buscado por las tres vías posibles: la de la propia firma afectada; la de su controladora, Impulsora jalisciense, y la de su socio minoritario, Pemex Refinación.

Lo que soslayan los comunicados triunfalistas es que la protección de la justicia se planteó, en estricto, por lo que los jueces ubican como una falla en el procedimiento, es decir al margen de si la dependencia con etiqueta de autónoma tenía o no atribuciones para ordenar el castigo.

Concretamente la rendija se abrió al descubrirse que la resolución para iniciar la investigación de oficio correspondiente -por más que originalmente la querella había sido interpuesta por media docena de empresas nacionales y extranjeras fabricantes de aceites para automotores- la firmó el Secretario Ejecutivo de la dependencia, no su presidente.

Así de simple.

De hecho, las sentencias hablan de "falta de respeto a las formalidades esenciales del procedimiento" e "indebida fundamentación y falta de competencia del Secretario Ejecutivo de la CFC al iniciar la investigación de oficio"... por más que marginalmente se alude a argumentos desechados en su momento por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre ellos el de inconstitucionalidad de los artículos 30 y 31 de la Ley Federal de Competencia Económica...

El caso es que de acuerdo con los abogados de la dependencia en lucha contra las prácticas monopólicas, la omisión se podría subsanar reponiendo el procedimiento, es decir redactando un nuevo documento que firmarían no sólo el Presidente, sino el pleno de la Comisión Federal de Competencia.

Lo cierto es que el dictamen de la discordia habla de desmantelar una cláusula de exclusividad otorgada por Petróleos Mexicanos a la privatización parcial de la empresa, para la venta de sus productos en la red de estaciones de servicio o gasolinerías del país.

Y lo cierto, por lo demás, es que de acuerdo con un documento de la Dirección Corporativa de Finanzas de la empresa pública, "Mexicana de...

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