Cambia 'niña' historia de los ritos funerarios

AutorAntimio Cruz

El hallazgo en la Sierra Gorda de Querétaro de una niña momificada de 2 mil 300 años de antigüedad, que desde ayer se exhibe en el Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México, ha modificado la historia de los ritos funerarios en Mesoamérica.

Aunque los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) habían localizado anteriormente entierros en cuevas, ninguno era previo al año 700 después de Cristo, por lo que la momia de Querétaro, llamada cariñosamente "Pepita" por los arqueólogos, tiene una antigüedad mil años mayor al patrón de entierros conocido.

Las arqueólogas Elizabeth Mejía y Ximena Chávez, quienes han coordinado el rescate, restauración y análisis de la momia y el ajuar, explicaron que la idea de enterrar a una persona importante dentro de una cueva, equivalente a volver a la matriz de la madre, era asociada con periodos más recientes de los pueblos precolombinos.

Del mismo modo, los entierros en áreas domésticas o templos ceremoniales son característicos de las grandes urbes mesoamericanas, del periodo clásico y posclásico, posteriores al año 1000.

Chávez, quien es Jefa del Departamento de Resguardo de Materiales Culturales en el Museo del Templo Mayor, explicó que el proceso de momificación de la niña no fue intencional, ya que gracias a una serie de accidentes en el ambiente se preservó gran parte de la información originaria de una época en la que Teotihuacán apenas era una aldea.

El buen estado de preservación fue aprovechado por investigadores del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM para lograr una reconstrucción del rostro, que se exhibe junto a la momia en el museo, donde permanecerá hasta marzo del 2005.

"Esta no fue...

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