Camino a la paz...torela

AutorAndro Aguilar

FOTOS: CARLOS MILANÉS

TENANCINGO, Tlaxcala.- Perla no sabe qué estaría haciendo este miércoles de diciembre si no hubiera asistido a los talleres de artes plásticas y escénicas en el centro de su pueblo. Lo piensa con una sonrisa tímida sin hallar respuesta. La joven tiene 16 años, pero parece de 13. Dejó sus estudios cuando terminó la secundaria y, desde hace tres meses, acude a los talleres que se imparten de manera gratuita en una escuela particular de San Miguel Tenancingo como parte del programa México, Cultura para la Armonía.

Esta tarde, el ensayo es encabezado por la actriz y cantante Regina Orozco, quien busca montar con ellos algunas escenas para incorporarlas al espectáculo que presentará en el Castillo de Chapultepec como parte de las actividades navideñas de Conaculta. Perla aprovecha un receso para platicar con sus compañeros Cristian y Luis, dos estudiantes de secundaria de 14 años de edad que comparten su afición por el dibujo y la pintura. A la misma pregunta, de qué harían si no estuvieran en el taller, los jóvenes responden casi al unísono: "nada". Después matizan: Cristian vería la televisión y Luis se entretendría con videojuegos.

Los amigos conversan sobre música. A Perla le gusta el rap, a Cristian el reguetón y Luis prefiere el pop. Los une su gusto por el baile del carnaval que celebran a principios de febrero en su comunidad. Lo cuentan con orgullo. Luis lo explica con altibajos de ronquera en su voz que está por convertirse en la de un adulto; baila un poco para ilustrar esos días en que la mayoría de los participantes se disfraza.

México, Cultura para la Armonía, el programa de la Dirección Nacional de Culturas Populares que busca combatir la violencia y la inseguridad en las comunidades en riesgo en el país, llegó a Tenancingo en el verano de 2014 para impartir cuatro talleres intensivos de teatro, dramaturgia, títeres y artes plásticas, a partir de las expresiones culturales locales.

Durante tres semanas, participaron más de 120 niños que montaron una obra teatral escrita por ellos mismos. El día de la presentación, a mediados de agosto, los talleristas anunciaron que se quedarían en el poblado.

Hasta ahora, en Tenancingo no existe algún espacio dedicado al fomento de la cultura.

Cuando se anunció la llegada del programa federal al pueblo, en agosto pasado, el alcalde José Ignacio Guzmán informó que justo ese mes había iniciado la primera etapa de la construcción de una casa de la cultura con una inversión inicial de un millón 700 mil pesos. Dijo confiar en que se concretará el proyecto antes de que abandone el cargo, en 2016, pero para ello debe conseguir 12 millones de pesos para cubrir el total del proyecto.

Con alrededor de 12 mil habitantes, Tenancingo es conocido como un punto neurálgico de las redes de trata de personas. Incluso, ha sido señalado por el Departamento de Estado de Estados Unidos como el principal proveedor de víctimas de trata de personas para ese país.

En los discursos de los funcionarios, sin embargo, se omite mencionarlo. Cuando al presidente municipal se le pregunta qué problemáticas ayudará a combatir la promoción de la cultura en su territorio, él prefiere rodear el tema. Destaca que en el pueblo existe mucha gente trabajadora y enumera las profesiones y oficios: profesores, abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, obreros, campesinos. No menciona a los proxenetas.

Como en todos lados, señala, los problemas existen. Y asegura que a su pueblo se le ha estigmatizado "de que hay un problema social".

Pero una búsqueda en internet confirma el estigma. Al teclear las palabras "Tenancingo Tlaxcala", la mayoría de los resultados dirige a documentos, reportajes y notas relacionadas con trata de personas.

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