Un camino privilegiado

AutorRaúl Espinosa de los Monteros

FOTOS: RAÚL ESPINOSA DE LOS MONTEROS

PUNTA DE MITA, Riviera Nayarit.- Al pensar en vacacionar dentro del País, específicamente en destinos de playa, una gran variedad de opciones llegan a la mente. Sin embargo, la Riviera Nayarit, suele ser una de las grandes finalistas.

También sucede que una población consentida de esta riviera es Punta de Mita. Justo en esta última hay un exquisito catálogo de resorts que satisfacen los gustos de los viajeros. Uno de ellos es el W Punta de Mita, hotel que celebra a varias culturas del País, con un guiño especial a la huichola.

Ya desde el lobby se ve una decoración que integra elementos contemporáneos con detalles muy mexicanos. Biombos de metal, por ejemplo, rinden un homenaje al tradicional papel picado.

Nada como ponerse a tono tomando una bebida refrescante y descansando en las grandes sillas colgantes que evocan a nidos hechos con ramas.

"México es amor" y "Canta y no llores" leen los huéspedes a manera de bienvenida. Estas y otras frases aparecerán como una constante a lo largo del complejo. Encanta, además, hallar al paso detalles como instrumentos que conforman el mariachi, luchadores y personajes históricos cargando tablas de surf.

Sin embargo, un elemento elaborado con 750 mil piezas de mosaico en tonos verde, azul, turquesa, blanco y negro acapara la atención: el Camino Huichol, columna vertebral del alojamiento que representa a la vida y al ascenso espiritual. El viajero identificará varias figuras: un coyote, el ojo de Dios y el venado azul, tan venerado entre los huicholes.

DEL ALBA AL ATARDECER

El amanecer, con un cielo pintado entre rojo y naranja, invita a realizar una caminata por la playa.

Luego de ver a los surfistas montar grandes olas, se antoja desayunar en Venazú, uno de los restaurantes del hotel que, además de servir delicias, presume máscaras de animales hechas con papel y una panorámica marina.

Dicen que en el mar la vida es más sabrosa. Y aunque el hotel invita a no salir, vale la pena abordar una embarcación.

Es un día de suerte. No cualquiera logra avistar tantas ballenas jorobadas en una sola salida.

De vuelta al hotel, nada como celebrar tan conmovedor momento maridando ceviches con cervezas artesanales en la "Chevichería", es un peculiar minibar playero instalado en una camioneta Chevrolet.

Al atardecer hay que relajarse, platicar o leer -coctel preparado con mezcal, en mano- en alguno de los rincones del hotel.

Antes de que concluya el día, hay que cenar en Spice...

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