Las campañas electorales del porvenir

AutorRicardo Becerra

Ha arrancado legalmente el proceso electoral federal de 2009. Y si la reforma constitucional logra establecerse en nuestra realidad política, es seguro que la fisonomía de la competencia electoral en México cambiará de modo hondo y duradero. De hecho, ha empezado a cambiar en el escenario de los comicios locales (Nayarit, Guerrero, Coahuila e Hidalgo en este año) con razonable éxito. El efecto del cambio, promueve ciertas dinámicas y cancela otras, reconfigurando drásticamente la competencia política. Presentamos aquí una rápida visión sinóptica.

  1. Uno de los rasgos principales y más sanos es la disminución neta de los gastos de campaña, privados, pero sobre todo públicos. De no haber ocurrido la reforma electoral en el año 2007, el Estado mexicano hubiera tenido que desembolsar en 2009 más de 5 mil 400 millones de pesos para partidos políticos, echando mano de la fórmula de antaño (recuérdese que en el año 2006 ningún partido perdió su registro). Ahora en 2009 el financiamiento total llegará a 3 mil 730 millones; de golpe, un 31.6 por ciento menos que apenas hace tres años.

  2. La reducción de tiempos de campaña. Por ejemplo Nayarit, primer estado en poner en práctica el modelo de competencia política, pasó de un periodo de 110 días oficiales (sólo de campaña) a 50 días efectivos (20 días estrictos de precampaña y otros 30 de campaña). Como la nueva Constitución, y especialmente la ley electoral, prevén un nuevo concepto inhibitorio (actos anticipados de campaña), la política electoral se somete a un encuadre rígido, inamovible y predeterminado. De esa suerte, las federales no podrán durar más de 100 días en el caso de elecciones intermedias y de 150 días (cuando más, sumando precampañas y campañas) en el caso de las elecciones presidenciales. Anteriormente la ley contemplaba ¡173 días sólo para campaña! y como sabemos, ese lapso era precedido por un tiempo infinito para precampañas de quien fuere, dentro, fuera y alrededor de los partidos. El próximo año, la cadencia electoral comenzará el 31 de enero con las precampañas que concluirán el 11 de marzo. Sobreviene luego un periodo de veda -revisión de informes sobre el gasto ejercido, desahogo de controversias, registro de candidaturas- para arrancar las campañas el 3 de mayo y terminar el 5 de julio. Así, el país se ahorrará casi tres meses efectivos de festival comicial.

  3. El tercer elemento es igualmente decisivo. Los partidos dejan de ser intermediarios y transfusores netos de dinero público a las grandes empresas de radio y televisión, además, los libera del frenético "stress mediático" que les hacía producir spots cada dos o tres días, incluso cada 12 horas, y así, sus campañas adquieren un tono más matizado, más pausado y menos alterado por la inmediatez1. Con el nuevo modelo de campaña (y hasta que el IFE pueda construir y desplegar toda la infraestructura tecnológica necesaria para su nueva obligación constitucional), el flujo de mensajes hacia las frecuencias abiertas puede, incluso, tardar hasta 5 o 10 días, lo que imprime una tónica completamente diferente a nuestras campañas mediáticas, con un efecto muy probable en la rebaja de la negatividad política.

  4. Las nuevas disposiciones legales, por...

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