Campanas nupciales en Las Vegas

Decepcionados, aunque animados por las cervezas y daiquirís, pensamos que lo mejor será ir al Studio 54, réplica de la mítica discoteca neoyorquina que se encuentra en el MGM. Allí se dan cita todos los juniors, modernas, ligadores condenados al fracaso y chicas guapas. ¡No hay drogas! Se nota en el ambiente. La gente baila los éxitos más discotequeros de Gloria Gaynor y Blondie, unidos a los cortes de rap y todo tipo de canciones al estilo Benidorm americano, pero a un ritmo que no refleja el consumo de éxtasis, popper o speed. Algo que también nos llama la atención es la ausencia de un ambiente gay. Ni siquiera existen anuncios de locales gay. Lo único que hemos detectado es un anuncio de videos porno de chicos para chicos. Nada más. ¿Por qué será? Seguro que hay locales fantásticos, pero olvidamos consultar la guía Spartacus antes de venir.

Aún nos quedan por visitar un montón de casinos, así que madrugamos y tomamos el trolley que los conecta entre sí, un autobús que emula a un tranvía. El conductor, al que otros empleados llaman "Tío Larry", es encantador y dicharachero, y hace una paradita para que los pasajeros puedan bajar a fumarse un cigarro.

Llegamos a la calle Fremont y descubrimos que ha sido cubierta por una cúpula de millones de bombillas que cada cierto tiempo se encienden en un espectáculo de luz y sonido. Se nota que ha bajado el nivel social de los clientes de los casinos. Las bebidas son más baratas y el sex appeal de las camareras cae en picada (las más fantásticas estaban en el Mandalay Bay y en el Caesarís Palace). Descubrimos a una "cocktail girl" divina, una sexagenaria vestida como conejita del Playboy.

Thompson escribió: "Una semana en Las Vegas es como entrar de pronto en el túnel del tiempo, es una regresión a finales de los años 50". Estamos de acuerdo, pero también es una revisión de los 60, 70 y, sobre todo, 80. Pero no ese concepto de los 80 tan falsamente reivindicado por los grupos del pop español actual, sino los verdaderos ochenta, los de Dinastía, Falcon Crest, Flashdance y Samantha Fox. Lo que está claro es que los noventa a nivel estético no han llegado. Y menos a esta parte de la ciudad.

Pasamos enfrente del Glitter Gulch, un legendario local de chicas, y decidimos plantear otra estrategia para averiguar cómo es el lado sexual de Las Vegas. Es absurdo que volvamos a entrar los dos, así que "la chica" se queda jugando a las tragamonedas mientras "el chico" se adentra en el mundo de la perdición. La...

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