Capital de manjares

AutorREFORMA / STAFF

Quienes buscan un destino que continuamente les deleite el paladar y los haga enamorarse con suculentos platos, tienen pocas opciones en el mundo como Lima.

La capital peruana tiene mucho que presumir en materia gastronómica. La clave del éxito de su cocina está en su mezcla de influencias africanas, chinas e indígenas.

Una muestra de su poderío internacional es el hecho de que tres de los restaurantes de esta urbe (Central, en el distrito de Barranco; Maido, en Miraflores; y Astrid y Gastón, en San Isidro) aparecen en The World's 50 Best Restaurants de 2018; habrá que estar atentos el próximo martes para saber si conservan su posición en la prestigiosa lista. Para sentarse en alguno de estos sitios, hay que hacer reservación.

Pero no hace falta entrar a un recinto particularmente famoso ni elegante para gozar de la buena comida del destino. Entre los lugares más apreciados de esta ciudad por los foodies están los huariques: aquellos rincones "escondidos", pequeños y de precio accesible.

Por ejemplo, Mi Perú, en el barrio de Barranco, abrió en 1972 y goza de su fama como uno de los mejores sitios para degustar mariscos.

En Lima nadie debe perderse de un cebiche y un tiradito (un cebiche sin cebolla), los platos más típicos de la región.

Sin embargo tampoco hay que...

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