CAPITANES
MARCO ANTONIO ORTEGA...
Este capitán ha hecho camino entre el mundo financiero y el camionero. Está cumpliendo un mes desde que tomó el volante de la sueca Volvo Trucks México y ya ganó una licitación del Gobierno del DF para el suministro de 191 camiones de la Red de Transporte de Pasajeros.
Multota
El uso del sello Kosher, que distingue a aquellos productos para la comunidad judía, le salió muy caro a Kellogg's.
Todo inició en 2006, cuando la Profeco publicó en su revista el texto "Cuidado con los falsos productos Kosher", en donde mencionaba que, de acuerdo con Supervisores en Alimentos, se estaban vendiendo cereales con el logotipo Kosher llamado "VK Alef Alef" y registrado ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor).
Los cereales no cumplían los requisitos para obtener la certificación Kosher, lo que constituía publicidad engañosa, además de uso no autorizado de propiedad intelectual.
En 2007, Kellogg's de México, de Alberto Raich, incluyó el sello Kosher en su producto Raisin All Bran Flakes sin la autorización de Supervisores en Alimentos, entidad que vigila los procesos de elaboración de 512 empresas en el País, y encargada de otorgar este sello.
Esto llevó al organismo a interponer una queja ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que lleva Miguel Ángel Margáin, y tras 8 años en litigio, juicios de anulación y de amparos de Kellogg's, el Tribunal Colegiado en Materia Administrativa negó el recurso. La empresa se llevó una multa de 400 mil pesos.
Pero la cosa no paró ahí, ya que la defensa legal de Supervisores en Alimentos, el despacho Mansur, Birman, Guakil y Wolff, pidió resarcir los daños y ahora la empresa deberá pagar al menos 40 por ciento de los ingresos que registró por la venta del producto con el sello Kosher falso.
¿Cuánto más será?
Érase Una Vez
Estamos como al principio, por lo menos en lo que se refiere al pleito entre la familia que tiene el patronato de la Fundación Mary Street Jenkins, la principal donataria de la Universidad de las Américas-Puebla y de otros negocios en esa entidad.
A mediados de 2013, el primogénito de la familia, Guillermo Jenkins de Landa, fue expulsado del patronato, acusado por su propio padre de malos manejos. El afectado inició la batalla legal para su reinstalación.
Dos años después, el juicio apenas está por comenzar, ya que aunque ganó en dos instancias legales su reinstalación, éstas fueron revocadas y el proceso se atoró por un problema de competencia.
Fue...
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