Caprichitos... No

La actuación y el papel que desempeñan los padres dentro de las escenas de caprichos, es fundamental, sobre todo en la manera de proveer dichas necesidades o deseos, en donde el proceso de educación es determinante para que los pequeños aprendan a conseguir sus objetivos.

"Debemos darnos cuenta de que los niños no nacen así y aunque cada quien tiene un temperamento determinado, conforme crece lo va moldeando, es decir todo el entorno que los rodea influye, pero en definitiva el que un chiquito se vuelva caprichoso está totalmente relacionado a la crianza", señaló, Luz María Muriel, especialista en ciencias de la educación, que apoya al Kinder y Colegio Fátima.

Un niño caprichoso es el resultado de factores como padres poco pacientes en la interacción con sus hijos, de aquellos que se convierten en proveedores en el sentido material, otorgándoles cuando pidan y no afectivo o de una educación en la que no existen límites.

Al satisfacer sus necesidades y gustos de inmediato, los adultos impiden que los infantes aprendan esperar para obtener lo que buscan, o a saber que no lo conseguirán porque no está dentro de sus posibilidades.

Muriel agregó que la misma intolerancia de los padres de familia hace que les proporcionen lo que su hijo busca, con el fin de detener un berrinche en cualquier momentos y más aún si éste se hace en público.

"Por no pasar por una...

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