Caprichos de roca

AutorAnaline Cedillo

ENVIADOS

Fotos: Carlos Figueroa

MONO LAKE, California.- La Sierra Nevada se refleja en las aguas inmóviles y ultra salinas de Mono Lake, el onírico atractivo natural californiano, situado a unos 20 minutos del resort de esquí Mammoth Mountain.

En el horizonte, sobre el espejo de agua, sobresalen decenas de figuras pétreas que se alzan hacia el cielo, vestidas con los tonos del desierto.

El escenario contrasta con las blanquísimas pistas nevadas, tan cercanas, y aporta diversidad al itinerario de los esquiadores.

Un grupo camina sobre el sendero pavimentado y luego por el andador de madera que lleva hasta la orilla en el área de South Tufa.

Los letreros en el camino cuentan que estas torres de piedra, llamadas tobas, se forman con el paso de los años, cuando manantiales ricos en calcio emergen desde el fondo y se mezclan con las aguas alcalinas del lago. La combinación crea esta roca caliza, ligera y porosa.

Este paisaje medio extraterrestre que ahora atrae a cientos de visitantes al año, quedó al descubierto cuando el nivel del lago descendió, en 1941, después de que la ciudad de Los Ángeles comenzó a desviar el líquido de los arroyos que lo alimentaban.

Todo está en calma. La mayoría de los turistas que visitan el lago se limitan a fotografiar las formaciones y algunos aprovechan las mesas de madera para improvisar un día de campo.

Mono Lake es uno de los lagos más antiguos de Norteamérica -se estima que tiene al menos 760 mil años-, se caracteriza porque sus aguas no desembocan en el mar, están quietas, su único escape es la evaporación.

No hay peces, sólo pequeñas artemias (brine shrimp) se ven nadando, si se presta atención.

A lo largo de su existencia, sales y minerales de los arroyos de la Sierra Oriental se han lavado en el lago; agua dulce se evapora cada año dejando atrás estos componentes los cuales han hecho que el agua del Mono sea 2.5 veces más salada que la del mar y muy alcalina, de acuerdo con información de Mono Lake Tufa State Natural Reserve.

Su ecosistema privilegiado lo ha convertido en punto clave para más de 80 especies de aves migratorias y punto de anidación para la segunda colonia más grande de gaviotas de California, después de la de Utah. Caminatas de observación se organizan los fines de semana, desde mediados de...

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