Carlos Aguirre: Desde la zona de riesgo

AutorAndro Aguilar

Fotos: Roberto Antillón

Carlos Aguirre pertenece a una generación de artistas formados bajo el fuego de la Guerra Sucia. Tenía 20 años de edad cuando el gobierno masacró a estudiantes en Tlatelolco. Hoy, cuando desanda el camino de casi cuatro décadas como artista plástico para mirar de un solo golpe su obra, halla vigentes sus temáticas: violencia y represión gubernamental, injusticia, misoginia, pederastia... Zona de riesgo, una retrospectiva de 110 piezas realizadas por el artista acapulqueño, recuerda precisamente eso: el riesgo de habitar en un lugar como México.

"No es tanto que mi pieza se actualice, lo que ha continuado es el mismo momento político y social", dice Aguirre en el Museo de Arte Moderno, días antes de la inauguración de la muestra, programada para el martes 23.

Con las obras exhibidas, creadas entre 1979 y 2014, Aguirre ha cuestionado la represión de la Guerra Sucia, la incertidumbre del salinismo, la violencia desa- tada en el sexenio de Felipe Calderón, la ignorancia del foxismo y la sensación permanente de que algo puede venirse abajo en el país.

No ha dedicado una obra al sexenio actual, pero compara lo que sucede en el país con lo que ocurrió en el Estado de México cuando gobernó Enrique Peña Nieto.

"¡Cómo quieres que no suceda la corrupción! Nada más ve un poquito de la historia reciente. Cómo podrías pensar que eso se iba a acabar".

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El 10 de junio, Aguirre recorre las salas del MAM; con la ayuda de los trabajadores del museo convierte el espacio en una Zona de riesgo. En la sala ya había órganos, cenizas y huesos humanos, algunos de los materiales que usa en sus obras.

La exposición -con curaduría de Pilar García- está dividida en siete núcleos temáticos. El primero obedece a la fragilidad humana y las situaciones límite políticas y sociales que se viven en México: como el sismo de 1985 o la crisis del último año del gobierno salinista.

Esa incertidumbre es representada con piezas como la de un pez ángel que nada en una pecera con el riesgo de que una resistencia eléctrica caiga y genere una descarga.

La crisis ambiental padecida en el Valle de México a finales de los 80 también fue abordada por Aguirre, a través de un pulmón humano marchito y negro por el alto nivel de necrosis -provocada por la contaminación- colocado originalmente en un frasco de formol y hoy plastificado.

"En la morgue", relata Aguirre, "sabían si el muerto era chilango por el color del pulmón, por la cantidad de carbono que había en el ambiente que respiraba. Si tu pulmón era rosita, eras de fuera; gris, llevabas poco tiempo; negro, eras chilango".

En este núcleo, el...

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