Carlos Elizondo Mayer-Serra / Energía

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

¡Cuánta energía desborda el Congreso cuando de atacar o defender a uno de los suyos se trata! Pocos se atreven a apoyar en corto al senador Aldana y a sus compinches, pero si el compañero es atacado, lo defienden a capa y espada. Era previsible la reacción priista; es quizás lo que más los mantiene unidos. Los líderes del PRI se sienten obligados a romper con el gobierno y con el PAN mientras alguno de sus miembros esté en riesgo, si no quieren terminar defenestrados por las bases, cada vez más importantes para sobrevivir políticamente. Sin duda es una actitud reprobable, es incorrecto defender en automático a un presunto delincuente, por el mero hecho de ser de los suyos. Esto, desgraciadamente, es lo de menos. Para un gran segmento del electorado esta actitud no les importa, y sigue votando por su tricolor.

No deja de intrigar la nueva pasión del PAN, o por lo menos de Juan de Dios Castro, el presidente de la Mesa Directiva, por el Pemexgate. Antes de despachar cualquier otro asunto, el presidente de la Mesa Directiva, obtenida por el PAN con tantas dificultades en ardua negociación con el PRI, convocó al pleno para celebrar el 17 de septiembre el juicio de procedencia en contra de Ricardo Aldana, tesorero del sindicato de Pemex. Esta película ya la vimos. Era mala entonces, cuando tenían más diputados y más legitimidad; ahora terminará seguramente peor, aunque sea con una grácil retirada del PAN.

Con el asunto de Aldana, nuevamente se suspenden las difíciles negociaciones entre el PAN y el PRI por las Comisiones de la Cámara, poniendo en riesgo la agenda legislativa. Por supuesto, es indignante el fuero del que gozan presuntos pillos, pero esa indignación es mejor dejársela a los medios de comunicación; utilizarla en campaña electoral, cuando de hablar se trata el juego, o guardarla para cuando tengan suficiente poder. Un político, ya lo dijo Max Weber, debe guiarse por la responsabilidad, no por la convicción. En sus palabras: "quien accede a utilizar como medio el poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario. Quien no vea esto es un niño. Políticamente hablando".

El que más gana de esta infantil acción es el PRD. El desencuentro entre PAN y PRI ha subido su valor. Ambos partidos parecen competir por darle mejores presidencias de Comisiones en la Cámara Baja a cambio de sus votos...

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