Carlos Gershenson / ¿Cómo ser feliz?

AutorCarlos Gershenson

En los setenta en la Universidad de Chicago, Mihály Csíkszentmihályi hizo un experimento: le pidió a varias personas que, cuando escucharan una alarma, apuntaran qué estaban haciendo y cómo se sentían. La intención era estudiar qué tipo de actividades producían un estado psicológico positivo. Después de analizar los resultados, Csíkszentmihályi usó el término "flujo" para describir un estado mental en el que la persona está completamente inmersa y disfruta de una actividad. El flujo se caracteriza por una absorción completa en lo que uno hace.

Hay otros tipos de felicidad además del flujo, pero es útil conocer más al respecto. Este estado depende no tanto de la actividad que se realice, sino de la relación entre nuestras habilidades y el reto. Si nuestras habilidades son superiores al reto, nos aburrimos. Si el reto es demasiado para nuestra capacidad, nos frustramos. Cuando nos esforzamos un poco más allá de nuestros límites, podemos experimentar flujo: energía, gozo, estamos "en la zona".

También se le conoce al flujo como "experiencia óptima", ya que recibimos un alto nivel de gratificación de ella. Estados similares ya se han descrito en tradiciones orientales desde hace milenios, pero es sólo en décadas recientes que se ha estudiado sistemáticamente cómo podemos experimentar el flujo con diversos propósitos.

Podemos ver que el flujo se alcanza durante un proceso, no cuando se llega a una meta. Esto es bueno, porque puede ser algo continuo y motivante, mientras que una meta implicaría una experiencia de corta duración. Esto lo saben los diseñadores de videojuegos, por lo que los juegos más adictivos tienden a acoplarse a las habilidades de los jugadores, independientemente de si son bajas o altas, o de qué tan rápido mejoran.

En los deportes también es relevante el flujo, ya que lo experimentamos cuando tenemos un mejor desempeño, ya sea durante entrenamientos o competencias. Y esa experiencia es una motivación muy fuerte para seguir practicando.

En educación, el flujo es deseable, pero no es trivial promoverlo en nuestros sistemas educativos. Aun en grupos "pequeños" de 20 estudiantes (porque normalmente son de 40, 60 o más), encontraremos una variedad de habilidades: unos aprenden más rápido, otros con más trabajo (y esto cambia por alumno, por materia). Los maestros sólo damos una clase, no podemos darla individual, por lo que, en el mejor de los casos, la daremos al nivel...

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