Carlos Gershenson / Menos violencia

AutorCarlos Gershenson

Vivimos una crisis de violencia con un nivel que no habíamos tenido desde la Revolución. Varias ciudades mexicanas han tenido de las tasas más altas de homicidios a nivel mundial. Ciudad Juárez (2008, 2009, 2010), Los Cabos (2017) y Tijuana (2018) han ostentado el título de "la ciudad más violenta del mundo" y muchas otras ciudades mexicanas han estado en el "top 50".

Colombia sufrió una crisis similar a fines del siglo pasado. No se resolvió, pero disminuyó con la fuerza. En México, una estrategia similar fue contraproducente.

Se podría argumentar que en otros países podría haber más violencia pero no se reporta. No importa, tenemos demasiada. Peor aún, no hay indicios de que vaya a disminuir.

José Emilio Pacheco dijo alguna vez que la lectura podría ayudar a reducir la criminalidad en México. El argumento es que un criminal debe de carecer de empatía. Si pudiera ponerse en el lugar de los demás y percibir su sufrimiento, sería difícil que hiriera a otros. ¿Cómo desarrollar la empatía? Pacheco sugirió que con la lectura. Al leer nos ponemos en los pies del protagonista y así ejercitamos la funcionalidad del cerebro relacionada con la empatía. Esto no ocurre en la televisión o el cine, donde normalmente observamos en tercera persona el sufrimiento ajeno. ¿Entonces hay que prohibir la televisión? No, ya que hay programas que tienen un papel positivo en la sociedad, ya sea educativo, de entretenimiento o motivacional. Pero surge la delicada cuestión de cómo se podría regular el contenido sin atentar contra la libertad de expresión. A final de cuentas, la violencia vende, y la tele es un negocio, no una institución educativa (aunque desafortunadamente en muchos casos cumple con ese papel).

Algo similar sucede con los videojuegos. No podemos decir que son ni buenos ni malos, ya que hay juegos útiles y juegos dañinos, también dependiendo de cómo y qué tanto se usen. Hasta la pornografía. Podríamos listar muchos argumentos en su contra. Pero el hecho es que en Dinamarca, después de que se legalizó en 1969 (el primer país en el mundo), se redujeron considerablemente las violaciones.

Regresemos al argumento de José Emilio Pacheco. En el caso de la lectura, también se cumple que no toda es recomendable. Hemos tenido muchos programas para promoverla con éxito limitado. Sin embargo, los jóvenes nunca habían leído tanto. El detalle: no leen libros, sino todo tipo de información en sus...

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