Carlos Gershenson / Singapur

AutorCarlos Gershenson

¿Por qué no somos como Singapur? Su Producto Interno Bruto per capita pasó de 500 dólares anuales en 1965 (igual que México en ese año) a $64,500 en 2018 (nosotros no llegamos a $10,000). Sus estudiantes son de los mejores del mundo en pruebas PISA. Son de los primeros en índice de desarrollo humano, esperanza de vida, etcétera.

Hay algunas cosas que podemos aprender de Singapur, pero hay otras que no podemos y hay otras que no quisiéramos (México tiene el lugar 24 en "felicidad", Singapur el 31). De cualquier manera, conviene conocer más sobre su historia reciente.

Singapur tiene una valiosa ventaja geográfica. Es una isla en la punta de la península malaya, dominando el estrecho de Malacca, que separa al continente asiático de Sumatra. La mayor parte del comercio marítimo entre China/Japón/Corea y Europa/Medio oriente/India/África pasa por ahí. Es de los puertos más activos del mundo (37 millones de contenedores al año, una quinta parte del mundo, 12 veces más que Manzanillo; además de la mitad de las reservas anuales mundiales de crudo).

El país es muy joven. Se convirtió en colonia británica en los tiempos en los que México consumaba su independencia de España. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado por los japoneses. En 1963 se unió con Malasia, de la cual se independizó en 1965.

Mucho del desarrollo de Singapur se atribuye a Lee Kwan Yew, primer ministro entre 1965 y 1990 (su hijo Lee Hsien Loong es el actual primer ministro, desde 2004), aunque fue muy influyente hasta su muerte en 2015. El tener sólo un partido y tres líderes durante 55 años (pero se dicen democracia) les ha permitido tener políticas a largo plazo. Aprovecharon la administración heredada de los ingleses, e impulsaron el inglés como idioma oficial, a pesar de tener mayoría de descendientes chinos, aunque también son oficiales el mandarín, malayo y tamil. Ricos en diversidad, se promovió una identidad nacional y distintas medidas de integración para que no se repitieran incidentes violentos. Por ejemplo, no se permite que haya más de cierto porcentaje étnico en un barrio, para evitar la formación de ghettos. También se mezclan en escuelas y durante el servicio militar.

Uno se siente realmente seguro al estar en Singapur. Las penas son severas (tal vez demasiado: está prohibido masticar chicle y ser homosexual -aunque es tolerado), incluyendo muerte por narcotráfico, asesinato y posesión de armas de fuego. En los...

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