Carlos Gershenson / Suma no nula

AutorCarlos Gershenson

Un juego de suma cero es uno en el que lo que uno gana, otro pierde. Por ejemplo, en póker, muchos pierden y pocos ganan, pero la suma de lo que se gana es exactamente igual a la suma de lo que se pierde.

Un juego de suma no nula es cualquier otro. Si en total se pierde más de lo que se gana, tendremos una suma negativa (fricción). Por ejemplo, en una guerra, aunque pueda haber un "ganador" que se quede con territorios del "perdedor", todos pierden vidas: la suma final es menor a la original. Los juegos de suma positiva son los que en total hay más ganancias que pérdidas (sinergia). Por ejemplo, en una relación de pareja funcional, cada quien "invierte" tiempo, atención, dinero, etc., pero ambos reciben más de lo que tendrían si invirtieran lo mismo en sí mismos: la suma final es mayor a la original. En nuestras sociedades abundan ejemplos de juegos de suma positiva: simplemente todas las cosas que podemos hacer en grupo que no podemos hacer de manera individual, desde cazar un mamut hasta construir una estación espacial.

En las partes de una economía más cercanas a la agricultura y a la industria, los intercambios comerciales son más parecidos a juegos de suma cero, debido a las leyes de la conservación de la materia y la energía: el trabajo requerido para producir algo es proporcional a su valor. Sin embargo, en las partes de una economía más cercanas a la información, los intercambios se parecen más a juegos de suma no nula. La información no necesariamente se conserva: se puede crear o desaparecer arbitrariamente. De manera similar, el valor de un producto de entretenimiento, arte, servicio, etc. puede generarse "de la nada" o bien esfumarse "misteriosamente".

Ya que estos dos tipos de juego son matemáticamente distintos, las mejores estrategias para "jugarlos" son diferentes: competencia para suma cero, cooperación para suma positiva. Los de suma negativa es mejor ni jugarlos. Desafortunadamente, tendemos a usar la estrategia equivocada con los juegos de suma no nula. Uno de nuestros más de cien sesgos cognitivos es el sesgo de suma cero, donde asumimos que lo que una persona ganaría, otra perdería. Por ejemplo, si hiciéramos el presupuesto de un país, pensaríamos que lo que invertimos en ciencia se pierde en otras áreas, mientras que en realidad beneficia también a la educación, al empleo, a la seguridad, etc. Lo mismo sucede con otras áreas, e.g...

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