Carmen Aristegui F. / El contexto

AutorCarmen Aristegui F.

¿Atentado o accidente? ¿Qué fue lo que realmente ocurrió la infausta tarde del 4 de noviembre en la Ciudad de México? ¿Qué explica que el Learjet 45 en el que iban Juan Camilo Mouriño, José Luis Santiago Vasconcelos y las demás personas que murieron -dentro y fuera de la aeronave- haya perdido la comunicación minuto y medio antes de estrellarse, después de una caída en picada en la calle Ferrocarril de Cuernavaca, en Las Lomas de Chapultepec? ¿Había o no llamas en el avión, como dicen algunos testigos, antes de impactarse? ¿Hubo impericia, falla técnica o acción deliberada? La sociedad tiene derecho a saber qué fue exactamente lo que ocurrió y qué hizo que perdiera la vida la persona que ocupaba el segundo cargo más relevante en la política nacional y el funcionario que durante años fue considerado el hombre de confianza del Ejército mexicano y del gobierno de Estados Unidos en el combate al narcotráfico.

¿Qué hay detrás del trágico evento que estremece, por sí mismo, pero sobre todo por la perspectiva que se abre de confirmarse la hipótesis del atentado? ¿Qué pensar de esto, después de lo ocurrido en Morelia contra la población inerme en las fiestas patrias; en el marco de una violencia inusitada que confronta a todos contra todos; rodeados como estamos de mensajes perturbadores; cuerpos decapitados o narcomantas que imputan con nombre y apellido a enemigos y autoridades?

Lo ocurrido representa para la población un terreno de mayor incertidumbre a la que, de por sí, ha sido sometida. Para el gobierno mexicano un golpe de suma gravedad que da directamente en su línea de flotación. El esclarecimiento es, por supuesto, un imperativo.

¿Atentado o accidente? es la pregunta obligada. En esos términos, se le formuló a Samuel González Ruiz, consultor internacional y ex titular de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada de la PGR (antecedente de lo que hoy conocemos como SIEDO), en entrevista con CNN en Español un día después de la tragedia. "No importa tanto si fue accidente o atentado", respondió. ¿Cómo? Se le repreguntó. "No importa tanto, porque el contexto para que un atentado sea posible en México sigue ahí... Si esto fue atentado o no, da exactamente lo mismo... Las condiciones para que ocurra un atentado siguen ahí. No ha cambiado nada. Si el gobierno mexicano no logra revertir las actuales condiciones, tendríamos que pensar que: si éste no fue un atentado, habrá un atentado".

El especialista recordó lo que algunos meses...

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