Carmen Aristegui F. / Informar en México

AutorCarmen Aristegui F.

¿Por qué atacaron con granadas las instalaciones del periódico El Debate de Culiacán? ¿Qué fue lo que publicaron? Pregunté, esta semana, al dueño de otro importante diario del norte del país. "Pues, nada. No publicó nada... ya nadie de nosotros está informando nada desde hace tiempo... no entendemos qué pasó... los agredieron sin motivo aparente... ellos tampoco lo entienden... no hubo amenazas ni explicación". ¿Por qué los atacan, entonces? "Tal vez para 'calentar' la plaza". Así, sin más. Sin amenazas. Sin explicación. Sin "motivo". Julio Hernández López de La Jornada lo dice a su manera: "La mira está puesta en el periodismo". Se refiere al verdadero tema tabú para el México de hoy, el narcotráfico. Es un hecho que muchos han dejado de informar. Es un tema de sobrevivencia. Hace pocos años, cuando fue desaparecido el joven reportero Alfredo Jiménez Mota, el director de El Imparcial de Sonora anunció, con todas sus letras, la decisión institucional del periódico para dejar de informar sobre narcotráfico y delincuencia organizada. No hay garantía para nuestro trabajo, recuerdo que dijo consternado. Ellos lo dijeron de frente, otros simplemente han declinado. Periódicos y periodistas deciden, en conciencia, la autocensura. Hay que decirlo, aquí también opera el subconsciente. La sociedad mexicana no puede exigir héroes del periodismo. Los periodistas que han dejado de informar apelan a un legítimo sentido de sobrevivencia y no hay quien pueda reclamarles. Es el Estado quien tiene competencias y obligaciones para garantizar nuestras vidas. Es la sociedad entera la que debe exigirle seguridad y justicia.

El diálogo, líneas arriba, sostenido horas después de que este lunes se arrojaran las granadas en contra de El Debate muestra, con claridad, uno de los efectos más graves que en contra de la sociedad ha traído la espiral de violencia, enfrentamiento y amenaza que se viven en franjas enteras del territorio nacional. Los periódicos no pueden informar como se debe. Los periodistas están amenazados. La prensa libre no puede existir a plenitud en un contexto como éste. Algunas cifras disponibles señalan que, en los últimos años, han sido asesinados 44 periodistas en México. Por lo menos la mitad a manos del crimen organizado. El narcotráfico, sus protectores, las autoridades coludidas, los extorsionadores, los menudistas están también ganando esa batalla. Ellos han diseñado su propio sistema de comunicación social a través de siniestras...

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