Carmen Aristegui F. / México en WikiLeaks

AutorCarmen Aristegui F.

Para Jo Tuckman.

La noche del martes 18 de enero de 2011, en algún lugar del este de Inglaterra, un reconocido periodista, enviado por el diario mexicano La Jornada, recibía de manos de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, una memoria USB que contenía 2 mil 995 cables informativos generados en México y dirigidos al Departamento de Estado de los Estados Unidos con información hasta ese momento confidencial.

La carga explosiva, en términos periodísticos, que aquello podía contener sólo se pudo ir conociendo al paso del tiempo y después de una titánica tarea para extraer de ellos lo que resultara comprensible y relevante para informar a la sociedad mexicana. Los expertos y periodistas que procesaron las primeras informaciones tuvieron que descifrar un largo códice, conseguir claves usadas por el Departamento de Estado y desarrollar metodología para explorar el inmenso material que se tradujo en 9 mil páginas de texto corrido, además de crear una herramienta propia de software para consultar y efectuar búsquedas que permitieran hacer transitables la tareas.

Inició así la participación directa de un medio mexicano en el procesamiento de información y generación de noticias y revelaciones producidas a partir de la filtración más grande de la historia conocida como "WikiLeaks". Se convirtió en el sexto diario que recibía los cables junto con The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País, quienes ya habían recibido cerca de 400 mil documentos del Pentágono sobre las guerras de Irak y Afganistán.

Después de revelar, durante 18 meses, informaciones obtenidas de esos cables, La Jornada decidió publicar la memoria de esta aventura periodística. El libro coordinado por el periodista Pedro Miguel circula bajo el título México en WikiLeaks. WikiLeaks en La Jornada. Contiene las notas, reportajes y artículos publicados por el diario desde el 11 de febrero de 2011 hasta el 24 de agosto del año pasado.

En el caso mexicano, fueron pocos los medios de comunicación que reprodujeron lo publicado en La Jornada o hurgaron, por cuenta propia, en lo que quedaba liberado para su exploración. Para Pedro Miguel hubo una suerte de cerco de silencio puesto en práctica por los medios mexicanos, que "...optaron por dar la espalda a los hechos contenidos en los cables diplomáticos".

La memoria que hoy circula es una nueva oportunidad para aquilatar periodísticamente lo que ha sido publicado. Como libro reproduce revelaciones que, en un contexto de...

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