Purificación Carpinteyro / Entelequias aladas

AutorPurificación Carpinteyro

Para un país hambriento de crecimiento y derrama económica a su población, la industria de la aviación mexicana -que emplea a más de 160 mil personas y que desde el inicio de la década pasada ha sostenido un crecimiento anual promedio de al menos 6%- es un oasis. Sin embargo, este sector crítico para la competitividad nacional está al borde de un precipicio que puede convertirlo en uno de los principales obstáculos para el desarrollo de todos los sectores de la economía nacional que dependen del intercambio comercial, y muy especialmente del ramo del turismo.

En el mercado mexicano existen empresas con capital enteramente nacional que durante años han realizado y continúan realizando importantes inversiones, que compiten por el mercado. Son las rutas en las que operan, en las que las tarifas aéreas no han escalado como sí lo han hecho en las que antes cubría Mexicana además de Aeroméxico. Estas aerolíneas, exitosas y rentables, continúan apostando en el crecimiento de la industria, y para muestra basta considerar el crecimiento proyectado del 40 por ciento en las flotas de Interjet y Volaris, para este año y el siguiente. Pero más aviones no necesariamente implican mayor oferta, si las empresas de aviación no cuentan con la infraestructura que soporte nuevas operaciones.

Y es que desde 2003, el gobierno del presidente Vicente Fox identificó el problema de la inminente saturación del AICM para el 2015, dado el crecimiento estimado de la demanda de transporte aéreo de 6% anual para los siguientes 10 años. Así fue que se decidió por la construcción de un nuevo aeropuerto, que se vio frustrado por la pésima planeación y peor ejecución del proyecto que levantó el polvorín en la población de Atenco, y que -de acuerdo a las encuestas-, impactó el "índice de popularidad" del entonces Presidente, que optó por dar marcha atrás a los planes. Ante el fracaso de los planes, el primer gobierno panista pretendió solventar el problema con la ampliación del AICM, y la descentralización de la aviación con la apertura de los aeropuertos de Cuernavaca, Querétaro, Puebla y Toluca. Todos proyectos fracasados, con excepción del último, que apenas tiene capacidad para el transporte de 4.5 millones de pasajeros, contra los 29 millones del AICM.

Pero tampoco el sucesor de Fox estuvo dispuesto a enfrentar el problema, y resolvió proseguir con el paliativo de la construcción de la nueva terminal del AICM, sabedor de que apenas conseguiría incrementar la...

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