La Casa del Risco: Cuando los muros cuentan su historia

AutorManuel Cosío Durán

Toda casa histórica lo es por virtud de quienes la construyeron y habitaron. El paso del tiempo y las particularidades de su construcción pueden también dotarla de significados especiales y de un carácter testimonial.

Hay casas destinadas originalmente al placer y a la vivienda de sus moradores, que adquieren trascendencia y se erigen en monumentos a la memoria colectiva, conforme las habitan personajes ilustres o tienen lugar acontecimientos relevantes al abrigo de sus muros.

La Plaza de San Jacinto, en el otrora tranquilo y provincial barrio de San Angel, es remanso de paz y paseo favorito de los vecinos y visitantes que acuden a la iglesia que le da su nombre o recorren curiosos el Bazar del Sábado y el contiguo mercado de artesanías. La plaza está rodeada de construcciones coloniales y otras de épocas posteriores, pero que guardan el estilo peculiar de este antiguo emplazamiento.

En el costado norte de la plaza está la Casa del Risco, sede del Centro Cultural Isidro Fabela. Construida en el siglo 17 sobre un solar que perteneció al convento de San Jacinto, fue el último hogar y el legado al pueblo de México de don Isidro Fabela, uno de los más distinguidos diplomáticos, estadistas y filántropos del siglo 20.

Los orígenes del ahora llamado San Angel se remontan a la época precortesiana, cuando esa zona del valle de México se llamaba Tenanitla, que significa "cerca de la pared de piedra", pues colinda con el rugoso pedregal producido por las erupciones del Xitle. Consumada la Conquista, Tenanitla y los barrios de Tlalpan, Coyoacán y Tacubaya fueron concedidos por el Emperador Carlos V a Hernán Cortés, como parte de su Marquesado del Valle.

Los frailes dominicos establecieron en 1529 una iglesia y un convento, al que dieron el nombre de San Jacinto. Tiempo después arribaron los monjes carmelitas y fundaron el Convento del Carmen y el huerto de San Angelo, e iniciaron la famosa feria que, cada mes de julio, atraía numerosos feligreses. El nombre de este huerto se extendió por costumbre a todo el barrio.

Una casa legendaria

Como era por entonces habitual, los conventos se allegaban recursos con la construcción de casas que rentaban a particulares. Así surgieron viviendas en torno a San Jacinto que, con el paso de los años, fueron creciendo en extensión y calidad. Este es el remoto origen de la propiedad que hoy ocupa la Casa del Risco. Por documentos del Archivo de Notarías sabemos que, a mediados del siglo 17, la casa original ya existía y...

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