Catálogo de paisajes

AutorEsther Díaz

ENVIADA

Recorriéndola de oeste a este, siguiendo el curso de la vía asfaltada, la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda da la bienvenida con la árida cuenca del río Extoraz. Imponente, ante la vista se extiende uno de los desiertos más antiguos de México y el extremo más austral del gran desierto Chihuahuense.

Es en esa sucesión de montañas que se solapan como arrugas de una vieja piel donde las biznagas, las yucas queretanas, los garambuyos y los órganos se expanden con libertad.

De pronto, el paisaje cambia abruptamente y deja paso a los bosques templados. Pinos piñoneros, enebros, cedros y abetos sumergen al visitante en el concepto de bosque que se aprende en los cuentos. Ellos son los encargados de filtrar la lluvia al suelo, alojar a las 339 especies de aves que habitan en la reserva y capturar el dióxido de carbono de la atmósfera.

Más abajo, en el fondo de las gargantas más profundas, sabinos, álamos y sauces forman pozas que hospedan a ranas y peces. Ahí, la vida alcanza su máximo esplendor cuando los ríos y los manantiales llegan cargados de agua.

Rumbo al este, la sucesión de paisajes y ecosistemas continúa y se entiende entonces por qué esta reserva es la más ecodiversa del País.

La gran cordillera que se despliega desde el río Moctezuma hasta el Santa María se encuentra en su mayor parte cubierta de selvas, bosques templados y de niebla donde habitan pumas, jaguares, jaguarundis, margays, gatos monteses y ocelotes. Sierra Gorda es la segunda área natural protegida del País más rica en mamíferos.

Pese a que los bosques de niebla son los más amenazados del mundo, en esta zona aún existen pequeñas islas de vida donde los encinos y los liquidámbares se disputan una interminable lucha de belleza.

Los primeros, con sus majestuosas dimensiones, y los segundos, con sus tonalidades verde, morado, amarillo, marrón, rojizo y anaranjado, sirven de hogar a musgos, helechos, bromelias y orquídeas que, en las mejores temporadas, son tan abundantes que convierten al bosque en un gigantesco jardín botánico.

Hongos, ranas y salamandras arborícolas terminan por dibujar el escenario perfecto de los cuentos de hadas.

Aquí, la naturaleza a aprendido a no escatimar en detalles.

1 Sótano del Barro

Un inmenso agujero de 455 metros de profundidad y unos 400 de diámetro es refugio para la guacamaya verde, especie amenazada. Precedidas por un sonido que se intensifica por el eco que genera el lugar, al amanecer las aves emergen del fondo para buscar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR