Celebra Casa del Lago 42 años de hacer cultura

AutorJulieta Riveroll

'En Cuba ya no se vive el periodo gris y mediocre que nos quisieron imponer", piensa el dramaturgo caribeño José Triana, quien por estos días visita el país para presenciar la puesta en escena de su obra La noche de los asesinos, que se presentará el jueves, a las 20:00 horas, en la Casa del Lago, como parte de los festejos por el 42 aniversario de ese centro cultural.

"Los años de férrea dictadura se han ido apaciguando para darle espacio a la libertad, y estoy feliz de que eso suceda", comentó el creador, quien lleva más de 20 años en el exilio, aunque afirma que no regresaría a su isla natal en tanto persista la tiranía.

Espera, eso sí, que un día el país camine hacia la democracia, el único sistema social conocido que ofrece al hombre inseguridades, dijo, pero también las ilusiones de la libertad, "y sin eso no se puede vivir".

Triana vive en París, donde se ha tenido que enfrentar a una sociedad convulsa que también tiene su dosis de marginación y desempleo, pero admite que "vivir en el exilio ha significado estudiar profundamente las raíces esenciales de mi país".

La noche de los asesinos (1964) trata precisamente el tema de la libertad y la represión, del sentido crítico pero también del poético, y a pesar de que ya ha corrido mucha tinta después de eso, reconoce, todavía hay gente en Cuba que sigue luchando por los mismos ideales. Las exigencias que él planteó en el pasado, indicó, han sido retomadas por las nuevas generaciones.

Esta obra fue merecedora del Premio Teatro del Concurso Casa de las Américas 1965, y está considerada como uno de los escritos dramáticos cubanos más representados internacionalmente. De entre las diversas lecturas que se han hecho en torno de esta pieza teatral, el también autor de En la neblina destacó la realizada por el director Vicente Revueltas y lamentó que las fuerzas del régimen le impidieran abandonar su país para poder presenciar el montaje de Juan José Gurrola.

"Todo el mundo quiere gritar y entonces cogen como excusa esa obra, cuando es todo lo contrario; es una reflexión sobre nuestra condición humana. Se monta continuamente, pero muy pocas veces he visto representaciones que me hayan interesado".

Opinó que lo que no se debe traicionar de esta obra es la idea de que es un juego de niños hecho por adultos, que van...

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