Centro Ceremonial Otomí: Preserva historia otomí

AutorHeidy Torres

TEMOAYA.- A más de tres mil metros de altura sobre el nivel del mar, y a 10 kilómetros de la cabecera municipal de Temoaya, hace 23 años se construyó la representación de un centro religioso en el cerro La Catedral, cuya finalidad es dejar constancia del paso de las etnias otomí y mexica en esta región del Edomex.

El Centro Ceremonial Otomí integra 50 hectáreas que custodia un enorme bosque de pinos y encinos, donde pueden apreciarse reproducciones de los sitios de reunión religiosos y cívicos que los antiguos pobladores realizaron en esta zona, aunque la falta de vestigios arqueológicos impide dar cuenta fiel de cómo vivieron y se organizaron los otomíes.

Uno de los primeros puntos a visitar en el lugar es la Plaza del Coloso, en la cual se observa la figura de Tahaay, señor mensajero del fuego y la vida, que al fondo es vigilada por el mural de Da-mishi, el jaguar que habla y camina.

Siguiendo en dirección ascendente se encuentra la Glorieta del Centinela, junto con las graderías que se ubican en los cuatro puntos cardinales.

Más adelante, justo al llegar a la Plaza del Sagitario, la principal del Centro Ceremonial, destacan 45 esculturas enormes a su alrededor, que son sus vigilantes, mientras otras siete similares se posan en la parte superior del llamado Salón de las Asambleas.

En total, estas 52 estructuras simbolizan dos serpientes que están entrelazadas y representan la misma cantidad de años prehispánicos; eso ocurre también con la serpiente con tres lenguas de fuego que representa la fuerza del cuerpo, del espíritu y de la voluntad, la cual custodia el sitio desde el piso central de la explanada.

Al final, en la parte más elevada del lugar, justo al centro de los 12 silos o conos, uno por cada generación otomí, se eleva la escultura de Tata Jiade, el Sol.

Lejos de la mancha urbana

Más allá de la importancia histórica y cultural del Centro Ceremonial, una de sus principales características es el ambiente que se vive y respira ahí, espacio totalmente alejado de cualquier desarrollo urbano.

Además, el segundo domingo de cada mes se realiza en un rito de adoración en el se involucran fuego, tierra, aire y agua, los cuatro elementos del Universo, con la intención de agradecer y brindar ofrendas por los favores recibidos.

En esta ceremonia, integrantes del Consejo Supremo y el pueblo otomí realizan la ofrenda "be'tze" (semilla, frutos y flores de la región), mientras los miembros del Consejo Supremo dicen: "Estamos aquí, presentes, el...

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