Cerca del final

AutorMayolo López

Una pesadilla se ha cernido sobre el epílogo del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

El trágico accidente que segó la vida del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, del subsecretario Felipe Zamora y de seis personas más en el (presumible) accidente del helicóptero Súper Puma del Estado Mayor Presidencial, el 11 de noviembre, descompuso el panorama en el arranque del último año de una de por sí accidentada administración.

Con el dolor a cuestas, Calderón tuvo que lidiar con otro golpe el 13 de noviembre, éste de carácter político: la derrota de su hermana Luisa María, Cocoa, en las elecciones de Michoacán.

La Cocoa y su hermano no pudieron llevar a la realidad el sueño de instalar el calderonismo en Michoacán. El cobijo de la maestra Elba Esther Gordillo y su partido, el Panal, no resultó suficiente para conseguir un triunfo que, según dijeron panistas antes de los comicios, sería a la vez un aval a la estrategia en contra del crimen organizado, iniciada justo en esa entidad en diciembre del 2006.

Por si fuera poco, La Maestra -principal aliada política en buena parte del sexenio- le dio la espalda a Calderón con miras a la sucesión presidencial, al sellar una alianza con el PRI y el PVEM el 17 de noviembre.

Ya a mediados de 2011, Gordillo había puesto contra las cuerdas al Presidente, cuando reveló, en una inusual rueda de prensa, haber pactado con el michoacano posiciones en el gabinete a cambio de obtener su respaldo para las presidenciales de 2006.

Calderón hizo mutis durante varios días pero se vio forzado a aclarar que las posiciones de las que habló La Maestra habían sido pactadas en el gobierno de Vicente Fox; después, en un acto público, afirmó que la única alianza que tenía con Gordillo era en favor de la educación.

El mandatario pasa aún por otra preocupación: la del estado de salud de Alonso Lujambio, su secretario de Educación Pública, que tuvo que ser atendido de una insuficiencia renal aguda, confirmado el diagnóstico de un mieloma múltiple en etapa inicial. Hospitalizado desde el 23 de octubre (a partir del 4 de noviembre en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición), Lujambio "atendió" desde una cama los asuntos de su despacho, según informó la Presidencia el 11 de noviembre en un comunicado. Tras su larga ausencia, Lujambio reapareció en el despacho de la SEP el martes pasado.

En contraste, Calderón presume como uno de los principales logros del 2011 alcanzar la "cobertura universal" de salud para toda la población, gracias al Seguro Popular. Según él, ningún otro Presidente ha hecho tanto en materia de salud pública: mil 700 hospitales o clínicas construidas o remodeladas.

Mudo testimonio del mal fario que acompaña al Presidente, la hilera de féretros que la tarde del 12 de noviembre fue colocada en el césped del Campo Militar Marte inevitablemente hizo recordar las exequias que Calderón preparó para dar el último adiós, el 5 de noviembre de 2008, a su dilecto amigo Juan Camilo Mouriño, muerto también en circunstancias trágicas.

Calderón abre la puerta al último año de gobierno y la estela que deja tras de sí es sombría: un segundo secretario de Gobernación fallecido en un accidente aéreo, 53 personas muertas en el Casino Royale de Monterrey, 35 cuerpos arrojados a la calle en Boca del Río, Veracruz y otros 46 abandonados en Culiacán y Guadalajara la semana pasada...

Y, por añadidura, el ostensible fracaso de la lucha anticrimen señalado tajantemente en el informe que le fue llevado hasta la residencia oficial de Los Pinos por la organización Human Rights Watch, el pasado 9 de noviembre. El documento de 236 páginas es contundente desde su título: Ni seguridad ni derechos: ejecuciones, desapariciones y tortura en la "guerra contra el narcotráfico" de México.

Al señalamiento se suma la demanda de juicio que presentaron en su contra un grupo de académicos de la UNAM y activistas sociales, el pasado viernes, ante la Corte Penal Internacional con sede en la Haya.

Según el conteo que hace Reforma desde el 2006, hasta el 18 de noviembre sumaban 11 mil 274 ejecuciones en lo que va del 2011, lo que hace suponer que otra vez se superará la cifra del año anterior (11 mil 583 en 2010). Esto se traduce en un acumulado sexenal de 37 mil 18 ejecutados. Otras fuentes calculan que ya se superó la cifra de 45 mil o incluso 50 mil muertos desde que el gobierno federal declaró la guerra a la delincuencia.

Un quinto año funesto que hace que se aguarde con incertidumbre los últimos 365 días de la administración Calderón: asoma un proceso electoral con un árbitro...

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