'Estamos cerrando el ciclo reformista'

AutorMayolo López

FOTOS: ODETTE OLGUÍN

Aurelio Nuño Mayer admite que el Pacto por México se ha muerto, pero pide juzgarlo por sus resultados y no por su duración.

El hombre que cotidianamente trata con el Presidente defiende el alcance de las reformas aprobadas en el primer tramo del sexenio.

"Parte del secreto de la Oficina de la Presidencia es la discreción". Aurelio Nuño parece que quiere conservar ese perfil, que él mismo describe, al caminar por los jardines de Los Pinos, dejando entrever que es necesario apurar la sesión de fotos.

En su carácter de jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño es el hombre más cercano a Enrique Peña Nieto. Y este joven politólogo no lo oculta. A sus 36 años dice que el "mayor honor" de su corta trayectoria en la cosa pública es, justamente, haber recibido ese encargo. Por eso se apresuró a enmarcar el nombramiento -con la firma del Ejecutivo- en una de las paredes de su oficina.

"En cuanto lo tuve, lo colgué", confía.

Dieciocho meses después de haberse instalado en Los Pinos, Nuño puede reseñar que él arrastró el lápiz para dar cuerpo al Pacto por México, cuyo "éxito" -arriesga- no puede ponerse en duda. También, haber contribuido al "ímpetu reformista" del presidente Enrique Peña Nieto.

El funcionario asegura que el gobierno mueve a México con base en un "reformismo democrático" y "un gran pragmatismo".

"Llegué con canas y ahora tengo más, pero son canas muy bien disfrutadas. Siempre he tenido canas, pero no dudo que la adrenalina y los ritmos de trabajo, hayan contribuido a acelerarlas", apunta sin resquemores.

Un hereje

Aurelio Nuño Mayer ríe cuando se le pregunta si sigue siendo un "hereje" de la Ciencia Política.

"Ese tema salió porque hace tiempo, bastante tiempo atrás, hubo un antropólogo muy connotado en México, Roberto Varela, con quien tuve una relación privilegiada -ya murió, pero fue el esposo de mi madre-, y fue alguien a quien yo aprecié y quise mucho. Estaba especializado en Antropología Política y de alguna manera fue, entre muchos aspectos, un maestro para mí.

"Me enseñó todo el mundo de la Antropología Política, que es un mundo fascinante, particularmente un autor estadounidense, Richard Newbold Adams, que desarrolló en los años setenta una teoría social sobre el poder, en el libro Energía y estructura (FCE, 1983), una teoría bastante sofisticada sobre el poder", narra.

Formado en la Universidad Iberoamericana, Nuño prosigue: "una crítica que siempre ha tenido la Antropología Política hacia la Ciencia Política es que estudia la esencia de las relaciones de poder y, sin embargo, nunca ha podido desarrollar una teoría sólida sobre qué es el poder y qué son las relaciones de poder, cosa que por lo menos esta corriente de la Antropología Política sí hizo.

"Y en aquel entonces, cuando murió Roberto, se le hizo un homenaje en la UAM Iztapalapa y sabían de la relación que yo tenía con él y me invitaron a hablar, y hablé un poco del tipo de pláticas que tenía con él y de ahí salió ese comentario de una herejía a la Ciencia Política, por esta crítica que se le hace desde la Antropología Política, que me parece muy válida", concluye.

En todo caso, Aurelio Nuño dice tener "una embarrada" de Antropología Política en su formación, y ser un politólogo interesado en entender cómo funcionan las relaciones de poder, muy abierto a la interdisciplina.

"Me encanta la historia. Los estudios que hice de postgrado en Oxford, los hice concentrado en temas de historia. Mi tesis fue sobre el proceso político de reconstrucción del sistema fiscal después de la Revolución en los años veinte; entonces, sí: siempre he buscado tener una formación mucho más integral y generalista, con distintos enfoques", se autodefine.

-Y aquí, en Los Pinos, ¿ya puede descifrar cuál es la esencia de las relaciones de poder?

-Es la parte que aporta la Antropología Política, que te da un marco teórico para entender una definición de lo que es el poder, pero eso es una cosa y otra cosa es la responsabilidad pública que uno tiene, que es fundamental cooperar y ayudar en el ejercicio de gobierno.

Reformismo y pragmatismo

Aurelio Nuño Mayer entró en 1998 a la Universidad Iberoamericana para estudiar Ciencias Políticas y Administración Pública. Fue presidente de la sociedad de alumnos de dicha carrera, de la que se graduó con excelencia académica en septiembre de 2002. Cuando estudiaba la...

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