México Channel / El desierto infinito y sus mil matices

AutorHarry Möller

A Boquillas del Carmen, Coahuila, puedes ir por muchos motivos, pero finalmente todos desembocan en uno solo: la contemplación de un vastísimo espacio de montañas boscosas y de altos paredones de roca.

Por este lugar pasa el río Bravo encañonado entre pétreos acantilados que se alzan hasta 300 metros.

Desde ahí, si el vértigo no te lo impide, puedes asomarte para encontrar un impresionante paisaje. Al frente se extiende, río de por medio, la arenosa planicie del parque nacional estadounidense Big Bend, y tras de ti las eminencias de la Sierra Maderas del Carmen, una especie de isla verde que se alza en medio del desértico terreno circundante, creando un efecto de belleza.

Es una frontera natural entre la Norteamérica árida y el verdor de los bosques mexicanos. Y es también el territorio del borrego cimarrón, ese de los grandes cuernos retorcidos, y del robusto puma, del coyote, el gato montés y el águila real, es decir, los últimos habitantes de un mundo animal en retirada.

Boquillas del Carmen es una diminuta población, a orillas del Bravo, iniciada hacia 1897 como villa minera. Nunca creció. Vive de la recolección de la cera de candelilla y, ocasionalmente, del corte de madera, muy laborioso debido a lo escarpado del monte. Un poco de ganadería y de agricultura, más otro tanto de minería al estilo del gambusino, completan la...

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