México Channel / Isla Espíritu Santo, muy cerca de la paz

AutorHarry Möller

Mirando la isla del Espíritu Santo desde un avión, destacan su irregular contorno como de orillas desgarradas a pellizcos, y las 24 costillas montañosas que, absolutamente paralelas, recubren el espacio desde un extremo al otro.

Decir "montañosas" es una exageración pues apenas llegan a ser lomas pedregosas recubiertas de hierba menuda, arbustos raquíticos junto a robustos y verticales cactus de tres metros de altura.

El calor, muy fuerte, parece nacer en el piso y subir hasta pegarle a uno en la cara; es decir, el sombrero no sirve para nada.

Entonces, ¿cómo justificar que llegaran a permanecer aquí hasta 500 hombres trabajando de sol a sol sin haber minas, ni campos ni bosques? Todos ellos eran buceadores indígenas, pescadores de perlas virtualmente prisioneros, pues no contaban con botes para desplazarse a tierra firme.

Unos dos siglos duró esta situación, hasta que, por los años 1900, un emprendedor, Gastón J. Vives, habilitó una buena parte de la ensenada San Gabriel para construir el primer criadero de ostras perlíferas en América.

Tuvo suerte y logró fortuna hasta que -dicen, nadie lo sabe bien- una plaga acabó con las ostras para siempre.

Hoy esta isla es Área Natural Protegida y la visitan muchos miles de personas que han descubierto sus ocultos encantos.

En la superficie son las numerosas playas de arena blanca y el más amistoso oleaje imaginable, más la exploración de las orillas, que incluyen un pequeño estero.

Es aquí donde podrás descubrir los vestigios ruinosos del criadero de perlas y dejar en libertad a la imaginación.

La...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR