Chiapas: La ruta al cielo

AutorSalatiel Barragán

Para llegar hasta la costa norte de Chiapas puede empezar el viaje en Tuxtla Gutiérrez, pasar por Cintalapa y, kilómetros adelante, en el poblado de Monte Bonito, donde empiezan las curvas, puede admirar la elevada sierra de una Reserva de la Biosfera: La Sepultura, llamada así por sus abruptas cañadas. Aquí los vehículos reducen la velocidad por lo cerrado del camino, rodeado por una densa vegetación tropical formada por guarumo, ficus, cedro rojo, chacá y cientos de especies más que persisten hasta las cercanías de Arriaga, donde extensos cultivos y potreros la sustituyen.

La mejor base para conocer la región es Tonalá: ciudad costera que en náhuatl signi.ca "lugar caluroso".

Ubicada a 172 kilómetros de la capital y asentada en la vertiente del Pacífico, se encuentra rodeada por tierras bajas, donde gran parte del año el clima es cálido y soleado. Es una de las ciudades costeras más antiguas, heredera de un gran centro ceremonial prehispánico, en cuyo parque central muestra una estela maya; además, fue escenario de la única batalla librada por nuestra Independencia en Chiapas.

Uno de los destinos de playa más cercanos a Tonalá es Puerto Arista, localizado a sólo 17 kilómetros, mismo que se distingue por sus vistosas playas de fina arena de tonos café y dorado que se pierden en el horizonte.

El poblado cuenta con varios hoteles modestos y con numerosos restaurantes que sirven exquisitas especialidades con base en pescados y mariscos.

En los alrededores, es posible admirar gran variedad de aves acuáticas y fauna terrestre característica del trópico.

Playas Casi Vírgenes

Primavera y verano son cálidos en la costa norte, que tiene las playas mejor comunicadas y más visitadas del estado. Los taxis colectivos comunican en media hora a Tonalá con Boca del Cielo, ubicada a 14 kilómetros al sur de Puerto Arista. Todo el trayecto muestra extensos pastizales con ganado suizo, cebú e indobrasil, que han hecho de la ganadería la principal actividad económica regional.

Los grandes árboles de guanacaste, ceiba y mango dan sombra y colorean el paisaje; no faltan espigadas palmeras en ranchos como Santa Rosa, Noyola, Huizachal y San Nicolás, cercanos al camino.

Poco menos de 2 kilómetros antes de llegar a Puerto Arista se encuentra la desviación a la izquierda; después de recorrer varios cientos de metros se aprecian coloridas casas costeñas en Cabeza de Toro, un apacible poblado con algunos cientos de habitantes y emplazado a ambos costados de la...

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