Empresa/ Chicana

AutorAlberto Barranco Chavarría

Estamos hablando de una mujer de apellido Barbachano, quien presentó una demanda ante un juez federal alegando que el banco le había causado un quebranto al operar en forma irregular los recursos que había depositado en un fideicomiso, cuyo objetivo final era la compra de acciones del mismo.

Lo curioso del caso es que el togado le haya otorgado la razón a la quejosa, a contrapelo de lo dispuesto en la fracción XIX del artículo 106 de la Ley del Instituciones de Crédito, que exime a éstas de cualquier responsabilidad en el manejo de los fideicomisos a su custodia, toda vez que éstos tienen su propio órgano de decisión independiente.

El hecho es que aceptada la querella, más aún decretado el embargo precautorio de todos los activos de la intermediaria en el banquillo, el ex banquero de origen yucateco se dio a la tarea de reclutar más reclamantes, empezando por su cuñado Marco Passini, y siguiendo por quienes mantuvieron la fidelidad a su causa, pese al estallido del escándalo, a cuya vera Cabal debió huir del país... para ser extraditado de Australia.

El carrusel alcanza ya a medio centenar de querellantes, entre ellos la empresa financiera de los Estados Unidos Eastbrook, quien facilitó recursos para alimentar la pretensión de ser socios del Banco Unión de un nutrido grupo de empresarios del sureste.

A la firma, como recordará usted, se le relacionaba con el desaparecido Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), a quien ahogó un remolino de acusaciones por operaciones irregulares.

Colocada en la mesa la estrategia del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari de reprivatizar los 18 bancos expropiados durante el Gobierno lopezportillista por la vía de la democratización del capital, la mayoría de las intermediarias optó por integrar por su cuenta y riesgo grupos de inversionistas regionales que aportaban una cuota determinada para ir engordando el cochinito a la hora de la verdad.

El gancho para la leva consistía en ofrecerles puestos directivos a nivel regional, lo que los colocaría en el eje de las decisiones de financiamiento... y de pasadita les daba el estatus, casi casi título nobiliario, de banqueros.

Respetabilidad, pues.

El caso es que los recursos se colocaron en fideicomisos que administraba el propio banco en vías de desincorporación.

El caso del BCH (Banco de Cédulas Hipotecarias), que al paso de los meses de su reprivatización se convertiría en el Banco Unión, el atractivo era doble: ser banquero y deudor al mismo tiempo...

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