'China no confía en su sistema'

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

BEIJING.- En China se aprietan uno de cada cinco habitantes del planeta y cualquier dato demográfico viene con un mínimo de seis ceros. Por eso, una agrupación silenciosa de pocas decenas de personas resulta insignificante y tiende a pasar desapercibida.

A no ser que el motivo de la cita sea pedir reformas políticas, incitar un levantamiento popular inspirado en la "Revolución de los Jazmines" y encender la mecha de la "primavera democrática" que arde estos días en el mundo árabe.

Reaccionando de manera desproporcionada a una serie de convocatorias "online" a las que acudieron muchos más policías que manifestantes, el régimen ha lanzado una campaña de control y represión como no se recordaba desde hacía algún tiempo.

Las Fuerzas del Orden han apretado las tuercas de la censura (sobre todo en internet, donde han llegado a bloquear en los buscadores palabras como "Egipto" o "jazmín"), agredido y amenazado a decenas de periodistas extranjeros acreditados en el país, detenido a potenciales manifestantes y desplegado a miles de agentes en uniforme e incluso disfrazados.

Pero ¿a qué le tiene miedo la dictadura más sofisticada y mejor engranada del planeta, la que no para de crecer y sostiene ya la segunda economía mundial?

"La ansiedad del Gobierno es más que evidente porque muchos de los problemas de los países árabes los tiene también China, hay muchas analogías", dijo a REFORMA el profesor Zhang Ming, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Pueblo y una de las escasas voces críticas dentro de China.

Entre otros factores de análisis, Zhang compara la corrupción y la enorme desigualdad social, categorías en las que el gigante asiático ha superado en los últimos años a Egipto, al menos según los listados de Transparencia Internacional y el coeficiente Gini, respectivamente.

"También es cierto que hay diferencias: China es un país mucho más grande y su Gobierno es más fuerte, de modo que aquí sería necesaria una presión social mucho más potente para que estallase una revolución", matizó el profesor.

En un restaurante situado junto al Lago Houhai, el abogado Zhang Zhiqiang está preocupado por si alguien nos ha venido siguiendo.

"Ayer estuvieron todo el día detrás de mi. Están muy nerviosos. La Policía me llamó el viernes y hoy para pedirme que no tome parte en las protestas. La situación es mucho más seria que nunca por la ola expansiva de la Revolución Jazmín que, además...

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