Cinceladas en el tiempo

AutorDavid Díaz

Fotos: David Díaz

Fantasía de estalactitas y estalagmitas sin iluminación artificial, a unos cuantos pasos del mundo exterior y a simple vista del caminante común, del profano de la espeleología. Por su accesibilidad y belleza, las cavernas de Teopisca y Guaymas en Chiapas son dos de las mejores cartas de presentación que introducen al viajero en el inmenso e inexplorado territorio de grutas y simas de este rincón de México.

Gran parte del suelo del estado de Chiapas está estructurado por capas de piedra caliza, un material sensible a la erosión del agua que favorece la conformación paulatina de fosas naturales y sistemas cavernarios. Entre los muchos tesoros casi desconocidos del subsuelo chiapaneco están las cuevas y los sótanos de Las Margaritas, descubiertos por espeleólogos italianos; las fosas de La Lucha y Las Cotorras, en la reserva de la biosfera El Ocote o las simas de Solistahuacán consideradas entre las más profundas del país.

Comúnmente los tesoros naturales de ese universo subterráneo sólo son accesibles para los espeleólogos que con equipos especiales, esfuerzo y valor se arriesgan explorando las entrañas de la Tierra. Sin embargo, para los ajenos y neófitos de esa arriesgada actividad, la naturaleza ofrece sitios como las cavernas de Teopisca y Guaymas, dos balcones al oscuro mundo interior que nos permiten apreciar, sin la ayuda de lámparas ni reflectores, esas formaciones caprichosas llamadas estalactitas y estalagmitas. Aquí, con la presencia de la luz solar, adquieren colores y formas inusitadas.

La caverna de Guaymas se localiza en el municipio de Villaflores y la de Teopisca a pocos kilómetros de la cabecera municipal del mismo nombre. En 1950 el explorador Daniel Macal llamó, a la cueva de Teopisca, la "Cacahuamilpa de Chiapas" y realizó la siguiente descripción: "El salón iluminado tiene una amplitud de 150 por 100 metros aproximadamente.

Macal continúa: "Entre las peñas hicimos el recorrido apreciando de cerca las filigranas de la naturaleza allí formadas: el 'Pulpito' nos fue enseñado por el guía y a cada uno se nos ocurrían ideas sobre lo que simulan las rocas. Denominamos el 'Trono Maya' a unas con esa apariencia. La 'Cascada' a otras por su estructura y matices azul y verde lechoso; muy notables las que forman el 'Camello'. Las visitas de excursiones posteriores irán descubriendo el interés de los múltiples detalles".

La caverna de Guaymas se localiza a unos 75 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez y fue mostrada al...

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