Cinco desafíos para el INE

AutorLorenzo Córdova Vianello

CONSEJERO PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL

Aunos días del arranque formal del proceso electoral 2014-2015 (éste iniciará legalmente con la sesión que el Consejo General del INE realice el próximo 7 de octubre), vale la pena recapitular algunos de los principales retos que enfrenta la autoridad administrativa electoral.

En principio, hay que decir que la complejidad de la reforma política de este año es de tal magnitud y alcance que el sistema electoral se ha transformado profundamente. Por ello, la cantidad de novedades es muy grande y la elección se convierte en un auténtico laboratorio para poner a prueba a las renovadas instituciones (con el INE a la cabeza), las reglas (empezando por las leyes generales de Instituciones y Procedimientos Electorales, de Partidos Políticos y la de Delitos Electorales), así como los procedimientos que por primera vez tendrán aplicación en las elecciones federales y locales.

Lo anterior cobra sentido si se piensa que el elemento distintivo de la reforma fue el sustituir la anterior existencia y convivencia de 33 sistemas electorales diferentes -uno por cada entidad más el federal- que si bien esencialmente coincidían y tenían vasos comunicantes (como el uso del mismo padrón electoral o una administración única de los tiempos del Estado en radio y televisión a cargo del entonces IFE con independencia de que se tratara de procesos electorales locales o federales) también tenían diferencias importantes, por un nuevo modelo en el que tenemos un solo sistema de carácter nacional en el que coexisten una autoridad electoral nacional, el INE, con 32 Organismos Públicos Locales Electorales (Oples), uno en cada entidad federativa que, aunque no están subordinados al primero, sí se encuentran en una lógica de necesaria coordinación por éste.

La intención de la reforma fue crear condiciones homogéneas y estandarizadas para la realización de los comicios en el país, como una manera de igualar la calidad de los procesos electorales, pero sobre todo, los criterios, normas y parámetros que rigen los mismos, como una manera de robustecer la dimensión electoral de la democracia mexicana.

Los retos intrínsecos que la reforma le planteó al Instituto Nacional Electoral son muchos más que los que se indican y analizan someramente en este texto. La reforma le confiere a INE 74 nuevas atribuciones adicionales a las que se heredan del IFE (que son todas salvo la capacidad de resolver los procesos especiales sancionadores...

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