Un circo mediático

AutorJavier Garza

AUSTIN.- "Esto es el caso de O.J. Simpson otra vez". "Es el caso Lewinsky otra vez". "Es el juicio a Clinton otra vez".

Los comentarios entre los reporteros que siguen la elección presidencial desde Austin describen un media circus, un circo de los medios, que ha tenido los motores a toda máquina en la capital de Texas y en todo el país, mientras se decide quién será el próximo presidente de Estados Unidos.

En la semana que siguió a la elección presidencial los periodistas instalaron campamentos afuera de la residencia del gobernador George W. Bush, al acecho de cada movimiento. Sobre la calle Colorado, en el centro de Austin, se ha vivido frenesí informativo. Cualquier movimiento es reportado. Cuando salía Bush de la residencia, las cámaras se movían en paneo simultáneo para seguir al republicano. "Ahí está Bush", gritaban algunos. "Está con Cheney", completaban otros.

"¿Qué hacen?", preguntaba el resto. Nadie respondía.

Las cadenas de televisión se ponían al aire con reportes en vivo informando que Bush había salido de la residencia. Que no hubiera hecho nada, eso no importaba. Parecía un regreso a los días de la constante vigilancia en las casas de O.J. Simpson, Monica Lewinsky, Kenneth Starr o Elián González.

Sin embargo, esta vez el circo de los medios ha envuelto un momento crucial en la historia de Estados Unidos.

"Que la clase política y que los medios estén acelerados con lo que sucede es normal. Pero la gente no está frenética ni temerosa, sino que sigue su vida cotidiana sin problemas. Es un contraste interesante", comenta Bruce Buchanan, politólogo de la Universidad de Texas y autor de varios libros sobre el sistema político norteamericano. Pero, añade, "este contraste también es sano, porque si los ciudadanos estuvieran igual de acelerados que los medios, entonces tendríamos un problema serio".

Sin embargo, el seguimiento de la batalla poselectoral ha sido grande. Una encuesta de Gallup asegura que 87 por ciento de la población ha seguido de cerca el desarrollo del conteo en Florida, por encima del seguimiento de la muerte de la princesa Diana, la guerra del Golfo, el bombardeo de Yugoslavia y el escándalo Clinton-Lewinsky. Esto hace de la elección presidencial el evento más visto de la década.

El frenesí informativo es totalmente natural, afirma Maxwell McCombs, experto en estudios de opinión publica: "Yo le llamo el imperativo narrativo, la urgencia no sólo de dar una buena nota, sino de darla primero".

Según McCombs, esto...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR