Citi, un gigante en apuros

AutorPaul Beckett y Jathon Sapsford

The Wall Street Journal

NUEVA YORK - La semana pasada, en medio de la crisis bursátil y los temores de una recesión económica más amplia, Citigroup Inc. anunció ganancias trimestrales récord de más de US$4.000 millones. Sin embargo, en los dos primeros días de esta semana sus acciones se desplomaron un 25%.

La dramática caída, a pesar de un posterior repunte, expuso el talón de Aquiles de la compañía de servicios financieros más grande de Estados Unidos. Incluso mientras sigue generando inmensas ganancias, su reputación está cada vez más en riesgo debido a su asociación con recientes escándalos empresariales.

Citigroup enfrenta ahora investigaciones por parte de fiscales federales y locales de Manhattan, así como una pesquisa civil de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC)y una serie de demandas sobre sus vínculos con Enron. En tanto, las autoridades de valores están considerando acciones disciplinarias contras uno de sus analistas de bolsa estrella, Jack Grubman, quien es investigado por el fiscal del estado de Nueva York.

Citigroup se está poniendo en guardia contra la Comisión Federal de Comercio, que alega que sus operaciones de préstamos al consumidor han empleado prácticas engañosas. La compañía niega cualquier hecho incorrecto en todos los casos.

El plan del presidente ejecutivo del grupo, Sanford I. Weill, de extraer valor adicional al poner a trabajar en conjunto las diferentes partes de su imperio, ha tenido un efecto negativo: acusaciones de conflicto de interés. Y sus esfuerzos para despejar cualquier riesgo financiero para Citigroup a través de la venta de bonos y préstamos sindicados han llevado a los inversionistas a mostrarle la tarjeta roja.

En 1998, cuando Weill formó Citigroup con la fusión de Travelers Group Inc. y Citicorp, creó un coloso que ofrece de todo, desde tarjetas de crédito Citibank hasta salidas a bolsa manejadas por Salomon Smith Barney. La fusión desencadenó una serie de acciones que llevaron a la revocación en 1999 de una legislación impuesta desde la Gran Depresión y que separaba los negocios de préstamos de los de banca de inversión, que incluyen el manejo de ofertas de valores y la asesoría en fusiones y adquisiciones.

Pero ahora que Citigroup y los rivales, que imitaron la visión de Weill, ven sus nombres empañados, algunos inversionistas, miembros del Congreso de EE.UU. y defensores de los consumidores cuestionan la noción de romper las barreras entre estos dos negocios.

A menos de que...

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