Agenda Ciudadana / Una relación antigua, complicada y necesaria

AutorLorenzo Meyer

Pretexto

Una inesperada invitación a Sevilla para asistir a la presentación de un libro -El espejo desenterrado. España en México, 1975-1982 (Sevilla: Fundación El Monte y Colegio de Jalisco, 2005) de la profesora Inmaculada Cordero- y para discutir con diplomáticos y académicos el estado en que se encuentran los estudios en torno a las relaciones entre México y España, resulta un buen motivo para intentar aquí una "apretada síntesis" sobre la cadena de contactos entre nuestro país y su antigua metrópoli.

Un buen punto de partida es aceptar que hoy la conexión entre los dos países se encuentra mejor que nunca, lo cual no es algo difícil de lograr debido a que se trata de una relación histórica particularmente conflictiva. Desde luego que hoy también hay problemas, pero a diferencia del pasado éstos no son sustantivos y las circunstancias para enfrentarlos son propicias. En la actualidad, ambos países comparten el mismo régimen político -el democrático-, no hay ya cuentas o agravios pendientes y si bien el comercio no es extraordinario -4 mil 738 millones de dólares entre importaciones y exportaciones en el 2004-, la inversión española en México sí lo es -supera los 12 mil millones de dólares-, al punto que hoy es la más importante entre las europeas en nuestro país. Desde luego que la inversión mexicana en España es mucho menor, pero también existe. Finalmente, en el marco general de nuestra política hacia el resto del mundo, una relación como la que hoy le ofrece España a México puede ser empleada para disminuir, aunque sea sólo un poco, el asfixiante abrazo de Estados Unidos y, por tanto, tiene el potencial de servir al interés nacional mexicano.

Una perspectiva

La asimetría es una característica de las relaciones de nuestro país con una buena parte de aquellos miembros del sistema mundial que nos son de interés, y ése es el caso de los intercambios hispano-mexicanos. Desde hace buen tiempo, en México se tienen un conocimiento e interés relativos mayores sobre España que los que ha habido y hay en España en torno a México. Por otro lado, la cantidad de malos entendidos y momentos de fricción que ha habido entre los dos países en el último par de siglos ha sido notable. Desde luego que, en buena medida, esa relativa abundancia de problemas y momentos difíciles que ha salteado la relación hispano-mexicana desde 1821, se explica por su peculiar naturaleza anterior: una de subordinación colonial por tres largos siglos. El carácter ríspido de los contactos entre los dos países se ha mostrado de manera más clara en los...

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