Agenda Ciudadana / Una derecha particularmente peligrosa

AutorLorenzo Meyer

Definición

Se ha señalado que la izquierda está avanzando en América Latina (Chile, Brasil, Argentina, Uruguay), pero hoy y desde México lo que se advierte es algo distinto: quien por ahora lleva la iniciativa, quien acomete tanto desde el interior como el exterior, es la derecha. Para una sociedad como la mexicana, que vive al lado y es cada vez más dependiente de Estados Unidos, la influencia política más directa y fuerte proviene del norte, de ahí que sea nuestra obligación explorar la naturaleza de esa gran influencia norteamericana en todos los órdenes, incluyendo, desde luego, el ideológico.

El asiento geopolítico de la derecha con proyección universal está en Washington, el resto de las derechas, en particular las europeas y, desde luego la mexicana, marchan más o menos al paso que marca el gran tambor de la Casa Blanca. El fenómeno no es nuevo -data de la Guerra Fría-, pero hoy es mucho más contundente. El grupo de especialistas en defensa y política exterior que rodea al presidente George W. Bush, y al que pertenecen quienes hoy encabezan el Pentágono, el Departamento de Estado, la Consejería de Seguridad Nacional y, muy pronto, el Banco Mundial, está formado por personajes abiertamente identificados no sólo con el pensamiento conservador sino con la derecha dura y militante. A ese núcleo férreo de responsables políticos, le aporta ideas un grupo más amplio de teóricos e intelectuales muy sofisticados, como George Will, William Kristol, William Safire o Robert Novak, entre otros.

Sin embargo, esa derecha norteamericana cosmopolita que hoy encabeza la guerra global contra el terrorismo y por la remodelación del Medio Oriente y del orden mundial, tiene una base social y electoral que, en términos intelectuales, es su antítesis. En efecto, la llamada "Derecha Cristiana", es decir, los fundamentalistas evangélicos y los católicos conservadores, son millones de ciudadanos pertenecientes a las clases medias y trabajadoras, que votaron por el Partido Republicano y cuya visión del mundo es francamente reaccionaria, sorprendentemente provinciana, estrecha, antimoderna y muy agresiva. La "gran visión" de lo que se puede llamar la derecha popular norteamericana difícilmente podría ser tomada en serio a no ser por el hecho de que sus actitudes sostienen a aquellos que disponen del arsenal más poderoso del mundo.

El que la visión política interna e internacional de la única superpotencia mundial esté ligada a una base electoral intelectualmente muy pobre y parroquial pero muy militante y con una...

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