De su cocina a los anaqueles
| Autor | Silvia Olvera |
MONTERREY.- Querer es poder y cuatro amas de casa de Nuevo León lograron sacar provecho de sus habilidades culinarias y ahora tienen un creciente negocio.
En todos los casos tienen un común denominador: preparan en las cocinas de sus casas productos que los venden en cadenas comerciales y carnicerías, sin conservadores ni aditivos.
Aimeé emprendió para mejorar su propia salud
Por prescripción médica, Aimeé Castañeda se vio en la necesidad de hacer ella misma muchos de sus alimentos porque le fueron prohibidos los conservadores.
De manera paralela, daba clases de cocina.
En ellas, utilizaba un producto hecho a base de ajo con menos conservadores, que le funcionaba bien para las recetas.
Un día no lo encontró en la tienda. Llamó al productor, en Jalisco, y consiguió que se lo surtiera, hasta que le duplicaron el precio.
"Le dejé de comprar, yo hice mi propia receta de salsa de ajo, pero ésta sí, sin nada de conservadores", dijo.
Después empezó a comercializarlo, primero en Mode, con muy poco producto, después en Apetite.
Como la gente no entendía cómo usar su producto, desarrolló un recetario.
Ahora, además de la salsa de ajo, vende el libro de recetas, dos mermeladas y un mole.
Hace un año, Castañeda empezó el crecimiento formal de su negocio, llamado De Aimeé Productos.
Para lograrlo, dijo, se acercó a Hecho en Nuevo León donde le dieron asesoría, y le ayudaron a entrar a Soriana.
Entre los mayores retos que encontró, explicó, fue el etiquetado, ya que el costo de las máquinas supera los 15 mil pesos.
Pero su esposo le diseñó una pequeña etiquetadora que le permitió agilizar su producción.
¡Sería un pecado no compartir esta rica salsa!
Una receta muy peculiar con chile de árbol, aceite y otros ingredientes secretos fue la base del negocio de Laura Rodríguez.
"Un día que estaba preparando esta salsa, llega mi marido y me dice: 'sería un pecado no compartir esto con la humanidad'.
"Le tomé la palabra y le dije 'quiero hacer algo y en serio'".
Y lo lograron, desde hace cuatro años iniciaron con la producción y venta de su salsa "Doña Mariacha".
El primer cliente fueron Carnes Vigar en Valle, después en Contry y ahora tienen presencia en más carnicerías.
Pero como toda pyme tiene sus tropiezos, resulta que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial les negó el registro de "Doña Mariacha", porque podía confundirse fonéticamente con Doña María.
Ahora son Sabores Huastecos, pero conservan la foto de Doña María Isabel, mejor conocida como...
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