Colaborador Invitado / Crisis de una comuna apocalíptica

AutorColaborador Invitado

Elio Masferrer Kan

Profesor investigador de la ENAH-INAH

Debemos entender el catolicismo mexicano de principios del siglo XX. Los cristeros alzados en armas pidiendo la abolición de los Artículos 3, 27 y 130 de la Constitución resulta algo lejano. Por ello la demolición de una escuela pública en Michoacán nos tomó de sorpresa. El integrismo católico se plantea vivir de acuerdo a la Doctrina de la Iglesia; los cambios en la misma les resultan sospechosos y tienen serias dudas sobre la legitimidad del Concilio Vaticano II, el "auténtico" catolicismo es el de la Colonia.

Nueva Jerusalén se fundó hace 39 años como resultado de las visiones de Mamá Salomé, quien recibía a la Virgen del Rosario y el sacerdote Nabor Cárdenas, Papá Nabor, interpretaba dichas visiones. Les anunciaba la inminencia del Fin del Mundo llamando a sus creyentes a vivir una vida libre de pecados. Para un movimiento apocalíptico el tiempo es una variable cero, se agota en cualquier momento.

Es así como no tiene sentido estudiar una carrera universitaria, atesorar bienes, participar de procesos sociales a nivel nacional. Todo el esfuerzo debe orientarse hacia la preparación de un buen morir que les asegure la resurrección en el Paraíso. La Nueva Jerusalén, cuyas reminiscencias bíblicas son obvias, es de alguna manera la preparación para renacer en el Nuevo Mundo, en el Cielo. Donde les espera a sus integrantes un conjunto de satisfacciones que no tienen en la Tierra.

El cuerpo humano es pensado como la "cárcel" del alma, un contexto de tentaciones que pueden llevar a la "perdición" del catecúmeno. Para ello debe estar preparado, ser austero, humilde, temeroso de Dios y obediente. La ropa que debe llevar no es "a la moda", sino aquella que está descrita en la Biblia. Los niños deben ir a la escuela, pero no a cualquier escuela, deben aprender a leer, pero lo necesario para poder leer los himnos religiosos y repetirlos. Las escuelas de la SEP o con el programa SEP son vistas como sospechosas, pues apartan a los niños de Dios y además les proporcionan enseñanzas contrarias a la doctrina de la Iglesia o la Biblia. Los habitantes de Nueva Jerusalén no viven en un pueblo de México, sino en un monasterio integrista de raíz católica.

Su enfoque teológico es anterior al Concilio Vaticano II, e incluso tiene elementos de una religiosidad medieval, anterior al Concilio de Trento, que quedó enquistada en muchos pueblos de México. Nueva Jerusalén no es algo insólito, sino que es un...

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