Colaborador Invitado / Corporativismo de Estado

AutorColaborador Invitado

Mateo Lejarza Leo

Analista

Por declaraciones, y de manera sorpresiva, se han difundido los términos acordados para el respaldo que la profesora Elba Esther Gordillo otorgara al presidente Felipe Calderón en el 2006; también se informó de algunos de los beneficios recibidos a cambio. Ya se exige la cabeza de la dirigente magisterial, que se le inmole para impedir que ahora ayude al PRI o al PRD. Si se llegara a actuar, es de esperar que haya sanciones a los titulares de la SEP que, siendo omisos, han permitido que esto ocurra y, en consecuencia, investigar si hubo o no delito electoral.

Sobre la responsabilidad que el presidente Calderón pueda o no tener con el arreglo se puede especular todo lo que se quiera, pero lo que no tiene vuelta de hoja es que este tipo de tratos son de orden estructural y más frecuentes de lo que se piensa, se extienden a toda la administración federal y a las estatales, por lo que resulta deplorable que el Ejecutivo federal y el PAN hayan pactado con el PRI dejar íntegro este aparato corporativo sindical-empresarial, presentando una iniciativa de reforma laboral que, deliberadamente, no incluyó modificación alguna al sistema de control que se ejerce sobre los empleados públicos y el que los empresarios tienen sobre sus trabajadores, así se asegura que seguirán quedando libres de democracia las oficinas públicas y los centros de trabajo privados, salvo honrosas excepciones. Lo que el gobierno mantiene con esta decisión es corrupción, arbitrariedad y autoritarismo en el mundo laboral.

El daño es mayúsculo ya que se afecta negativamente la productividad y la competitividad del país, además de que se restringe el desarrollo social y democrático nacional. Deja a los trabajadores desarmados frente a las arbitrariedades del gobierno y frente a los abusos de la patronal, les arrebata sus organizaciones sindicales y quedan sin posibilidades de acceder a la más elemental justicia o al ejercicio de sus derechos.

Está claro que todo esto no parece importar a las cúpulas, porque muchos de los que protestan por los arreglos de la profesora con el Presidente apoyan de manera entusiasta la reforma laboral del PAN como si fueran cosas de naturaleza distinta.

Quieren linchar simultáneamente a la profesora y al sindicalismo ("¡deben de desaparecer juntos!", "¡la educación privada es mejor!")...

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