Colaborador Invitado / Crecer con menos pobreza y hambre

AutorColaborador Invitado

Robert B. Zoellick

La necesidad de superar la indigencia y el hambre han sido el núcleo del esfuerzo mundial por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) desde su adopción hace una década. Hasta las crisis alimenticia, de combustible y financiera de los últimos 2 años, los países en desarrollo progresaban hacia el cumplimiento de estos objetivos, si bien a ritmos diferentes. En 1981, el 52 por ciento de las personas en los países en desarrollo vivía en la indigencia; hacia el 2005, esa proporción había descendido a 25 por ciento. El esfuerzo dio buenos resultados hasta el advenimiento de estas crisis; los niveles de pobreza descendieron marcadamente en Asia oriental, América Latina, y Europa central y oriental. Pero este avance no llegó a todos. África subsahariana continúa a la zaga: las tasas de hambre y desnutrición han estado descendiendo, pero no tanto como para alcanzar el objetivo de erradicar el hambre para el 2015.

Las crisis sólo empeoraron esta situación. El Banco Mundial calcula que 64 millones de personas más vivían en la indigencia (con menos de 1.25 dólares al día) en el 2010; para el 2015, morirán 1.2 millones de jóvenes más, 350 mil estudiantes adicionales no terminarán la escuela primaria, y alrededor de 100 millones de personas más seguirán careciendo de acceso al agua potable.

Más aún: por primera vez en la historia, mil millones de personas se van a dormir con hambre todas las noches.

Debemos redoblar el esfuerzo para focalizar la ayuda en los pobres y los vulnerables. Invertir en la cadena alimenticia para incrementar la productividad y la cantidad de productos agrícolas no solamente ayudará a mitigar el hambre. También contribuirá a superar la pobreza, dado que el 75 por ciento de los pobres del mundo habitan zonas rurales en países en desarrollo.

Los países de bajo ingreso pueden mejorar sus programas de protección social para auxiliar a la población más pobre. La nutrición debe ser una parte integral de estos programas de protección social. El objetivo de mejorar el nivel de nutrición conlleva múltiples efectos positivos, en tanto está vinculado a la mortalidad materna e infantil, educación, y salud.

El Banco Mundial está trabajando junto al Programa Mundial de Alimentos y la UNICEF para mejorar la interconexión entre nutrición y programas de protección social como la alimentación escolar y comida por trabajo. A través de alianzas con otros interesados, esperamos aprovechar los nuevos conocimientos...

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