Colaborador Invitado / Daniel Giménez Cacho: And the winner is...

AutorColaborador Invitado

Me alegra el triunfo de Alfonso Cuarón, qué alegría me da la sorpresiva aparición de Yalitza Aparicio y el reconocimiento a su trabajo. Me alegro por Marina de Tavira y por todos los mexicanos que hicieron tan buen trabajo.

Es un importante avance que las lamentables condiciones del trabajo doméstico en México, el racismo y el clasismo se coloquen al centro de la discusión y que se hable de esto en un foro internacional.

Esto tiene ya, y va a seguir teniendo, consecuencias positivas para quienes luchamos contra estos silenciados males. Entiendo también lo trascendente que es para Yalitza que triunfe y que personas como ella puedan verse reflejadas en su trabajo y en esta historia. Bravo por todas estas cosas que Roma ha provocado y promovido. ¡Bravo, Yalitza! ¡Bienvenida, colega, a este gremio! ¡Bienvenida a nuestro sindicato!

Quiero reflexionar, además, sobre algo que me inquieta mucho. Estamos muy atentos, más que nunca, a la ceremonia de los Óscares y se planean exhibiciones callejeras del evento financiadas por el Estado.

Hoy, la figura de Cuarón es ejemplo nacional; hoy, Yalitza es emblema de la lucha mundial contra el racismo. Leí una declaración de nuestro Presidente: "Es muy buena película, no la he visto, todos deben verla". Y muchos funcionarios se han manifestado en ese sentido: Cuarón, orgullo nacional. Lo suscribo yo también.

Sin embargo, el presupuesto asignado a la educación cinematográfica se redujo, a la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas se le asignaron cero pesos con cero centavos.

El Estado mexicano no tiene ningún plan para defender nuestra cinematografía, que debe competir en nuestro propio territorio en circunstancias desventa-josas contra la industria norteamericana.

Las plataformas digitales trabajan sin regulación. En el nuevo tratado comercial con EU fuimos arrojados al abismo de la libre competencia, en la que el tiburón hollywoodense es el dueño.

En nuestra propia casa no tenemos acceso a nuestro cine, pero ahora esperamos con ansia que la Academia norteamericana premie a nuestras y nuestros héroes. ¡Gracias, Hollywood...

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