Colaborador Invitado / Eunice Rendón: Policía de proximidad

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Giovanni en Jalisco, Alexander en Oaxaca, Carlos en Veracruz y Oliver en Tijuana son muestra de lo que tristemente sucede de forma cotidiana, y desde hace tiempo, en muchos lugares de nuestro país. Historias de vida terminadas y afectadas de manera atroz e injusta por aquellos que tenían el deber de protegerlas. El abuso policial deja al descubierto la precariedad sistemática de las instituciones en materia de seguridad en muchas áreas: formación, capacidad de mediación, cercanía ciudadana, investigación, trabajo con poblaciones vulnerables y posibilidad de una carrera. También sobresalen la falta de controles y supervisión externa de las policías. Detrás de todo esto, está el enfoque punitivo que desgraciadamente sigue siendo el plan por encima de la justicia cívica y de la proximidad.

Los usos y abusos de la fuerza innecesaria se dan en todos los niveles de gobierno y en diversas instancias relacionadas con la seguridad, policías, ministerios públicos, sistema penitenciario, etc. El 64% de las personas arrestadas sufren algún tipo de agresión física, desde golpes y puñetazos, descargas eléctricas, quemaduras, entre otros. El 49% de los detenidos reporta haber sido incomunicado, mientras que el 39% asegura haber sufrido algún tipo de lesión física. Durante 2019 el trámite con mayor porcentaje de experiencias de corrupción fue el contacto con autoridades de seguridad pública, con 59.2%. Estas cifras evidencian sin tapujos la criminalización de sujetos y no de las conductas, la arbitrariedad procesal y la carencia de derechos para acusados y sospechosos.

Por supuesto, también existen policías honestos. Sin embargo, debemos ahondar en la crítica realidad policial de nuestro país para entender el problema. El 36.5% de los elementos de policía a nivel nacional ingresaron a su corporación por necesidad económica o desempleo. Sólo el 3.3% lo hicieron para combatir la inseguridad, el 5.3% para ayudar a la gente y el 1.4% por vocación. Esto se debe en gran medida a las terribles condiciones en las que desarrollan su labor y a sueldos bajos sin expectativa de crecimiento. La depuración de las corporaciones es otro pendiente desde hace tiempo. Datos oficiales muestran que alrededor de 24 mil 839 policías que reprobaron los controles de confianza, y por ley debieron ser despedidos, siguen en activo. Existen además problemas...

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