Colaborador Invitado / Impuesto para seguridad

AutorColaborador Invitado

Shannon O'Neil

En 2002 Colombia tomó una medida audaz que allanó el camino para una gran mejora de la seguridad pública. Ahora México puede probar ese remedio.

Parte del éxito de Colombia se origina en el Plan Colombia, el paquete de asistencia de miles de millones de dólares de Estados Unidos, que llevó a elevar la capacidad militar, profesionalizar a la policía y reformar el sistema judicial colombiano.

Igualmente importante -y mucho menos publicitada- es una transformación en el seno de Colombia. En 2002, el Presidente Álvaro Uribe y las elites colombianas negociaron un impuesto a la riqueza. Desde entonces, el impuesto ha recaudado casi mil millones de dólares anuales para seguridad. Más que ayuda extranjera para seguridad, lo que México necesita es una inversión de las elites mexicanas en la seguridad y el bienestar de todos sus ciudadanos.

El impuesto inicial cobraba 1.3 por ciento sobre los activos del 1 por ciento más rico del país: los que tenían bienes superiores a los 100 mil dólares. El impuesto se ha extendido y modificado. Su aporte constituye el 0.4 por ciento del PIB de Colombia.

El impuesto contribuyó a fortalecer el Estado colombiano. El Gobierno reafirmó su monopolio de la fuerza. Proporcionó mayor transparencia, dado que se exigió a las fuerzas de seguridad de Colombia que presentaran informes anuales públicos sobre cómo se gasta el dinero y se evalúan los programas.

El éxito de ese modelo se ha extendido al plano municipal. En Medellín, los impuestos son mucho mayores que los de otras ciudades. Las empresas locales se muestran dispuestas a pagar porque los gravámenes sostienen una notable transformación. Medellín, que alguna vez fue uno de los lugares más violentos del planeta, es ahora la principal ciudad exportadora de Colombia. Si bien los problemas de delincuencia aún no están del todo resueltos, Medellín se ha convertido en un importante centro educativo y artístico.

La elite mexicana tiene que dar un paso al frente. Un impuesto similar -por ejemplo, el 1 por ciento de los activos del 1 por ciento más rico de la población- aportaría 3 mil millones de dólares al año. Eso equivaldría a aproximadamente la tercera parte del total del gasto anual de seguridad de México.

El dinero...

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