Colaborador Invitado / Juan Jesús Garza Onofre y Javier Martín Reyes: Un tribunal decadente

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La desastrosa gestión electoral en Estados Unidos nos recuerda un hecho irrefutable: aunque barroco, sobrerregulado y costoso, el sistema electoral en México permite que los votos se cuenten (y se cuenten bien). Sin caer en nacionalismos, es difícil no sentir un poco de orgullo frente a la lentitud, desorganización y anacronismo con que los vecinos del norte administran sus elecciones. Lo decimos sin rodeos: el Instituto Nacional Electoral es una de las pocas joyas del Estado mexicano.

Pero mal haríamos en hacer una oda de nuestros árbitros electorales. Aquí también hemos tenido inumerables desastres. Y aunque las responsabilidades son múltiples, buena parte de las fallas del sistema son producto de los fallos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Desde hace algunos años, pero sobre todo a partir de la integración de la Sala Superior que fue nombrada en 2016, nuestras juezas y jueces electorales han hecho gala de su desprecio por la Constitución al dictar sentencias jurídicamente insostenibles que suelen servir al poder en turno. La mayoría de sus integrantes se han comportado más como alfiles partidistas (primero del PRI y ahora de Morena) que como dignos integrantes de la máxima autoridad judicial en materia electoral.

Y es que cuando uno creería que la Sala Superior no puede caer más bajo, cuando era difícil sorprenderse dadas sus permanentes contradicciones, en una sesión cerrada, de espaldas a la ciudadanía, y sin que se hicieran públicas las candidaturas y las propuestas, la mayoría de los magistrados eligieron a José Luis Vargas como su nuevo presidente.

Estamos frente a una decisión alarmante. El escándalo ha sido el común denominador en la biografía de Vargas. Se trata de un personaje con claros vínculos partidistas (trabajó en el Cisen panista y luego como abogado defensor de priistas); cuyo mandato fue inconstitucionalmente ampliado de tres a siete años mediante la aberrante "Ley de Cuates" (impulsada por el PAN y el PRI); que ha votado a favor de sentencias jurídicamente aberrantes (como la de subir a la contienda presidencial a El Bronco, perdonar la multa impuesta por el Morenagate, o negar el registro de México Libre pero sí darlo a tres satélites del lopezobradorismo); que ha realizado dispendiosos viajes con...

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