Colaborador Invitado / Juan-Pablo Calderón Patiño: 70,000

AutorColaborador Invitado

El mundo se ha encerrado, literal. Los cielos han disminuido como nunca el tráfico aéreo global. Hoy la nacionalidad se ha convertido en causa sanitaria para suspender la entrada a diversos países, tal es el caso de mexicanos y brasileños para viajar a la Unión Europea. La globalización, esa mega realidad que empezó su primer despliegue con los marinos genoveses, españoles y lusitanos hace 500 años, parece que se repliega, dicen muchos especialistas.

La pandemia rebasó las capacidades de cualquier Estado por más que se creían blindadas sus democracias "contra lo que sea y como sea". El trabajo en muchas naciones de Oriente que han podido contener mejor al virus hace pensar a muchos que más que democracia se necesita una dosis autoritaria para poner orden. ¿Sirve la democracia para enfrentar al enemigo invisible?

El caudal de muertes por el coronavirus en la cuna del parlamentarismo en Reino Unido y en Estados Unidos, creador del presidencialismo democrático, abona a la crisis del desgaste democrático. Ambos países, manejados por exponentes del chocante populismo, que todo lo engloba, tienen un espejo en el sur en tres países emergentes: Brasil, México y la India. Los tres, aun tan disímbolos y diversos, excepcionales en su marcha histórica y en las dimensiones de su demografía, geopolítica y economía, hoy tan parecidos en sus gobernantes. Los tres avasalladores del viejo sistema, pero sin proponer algo nuevo que conjunte a todos, son la representación del balazo en el pie que han dado sus votantes en su democracia, por cierto, la de la India, la más grande del orbe por sus dimensiones demográficas.

El caudal de muertes por el virus en cada uno de los cinco países exige el respeto por los caídos, pero en aras del rescate democrático, también una rendición de cuentas de cada uno de sus gobiernos por la manera de afrontar la pandemia que unió la crisis sanitaria con la económica, ahondando la social y política. No serán años perdidos, sino décadas, y más acuciosamente en América Latina con sus dos grandes, México y Brasil; la región más desigual del mundo. ¿Cuál es el mirador del futuro para millones de seres humanos? ¿Cómo encauzar el conflicto en el mayor reto de la democracia que deja en claro que las elecciones no lo son todo?

El reto de la pandemia en México y en cualquier país debiera ser de Estado, no como alegoría centralizada en la seguridad nacional, sino en la capacidad de vincular, unir, acordar y sumar al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR