Colaborador Invitado / Luis Durán: Techo de cristal, ¿inalcanzable?

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En la constante lucha por avanzar hacia la equidad de género, en muy pocos ámbitos puede decirse que se ha alcanzado o por lo menos se está cerca de romper el techo de cristal a partir de las cifras que dan cuenta de un acceso similar a las oportunidades entre hombres y mujeres.

Tal es el caso, por ejemplo, del sector educativo, pues en los últimos años hemos sido testigos de avances muy significativos en ese sentido. La distribución por género de la matrícula total fue prácticamente proporcional en el ciclo 2016-2017 para todos los niveles educativos.

Sin embargo, aun cuando el nivel educativo de las mujeres se equipara con el de los hombres, en 2016, solo 47 por ciento de las mexicanas en edad pro- ductiva participaron en la fuerza laboral. Esta cifra está muy por debajo del promedio de los hombres que es de 82 por ciento y del promedio de las mujeres en los países de la OCDE (67 por ciento).

Las mujeres en México continúan enfrentando obstáculos en su avance hacia puestos de liderazgo, así como segregación ocupacional y sectorial. Muchas mujeres laboran en empleos informales con salarios bajos, sin seguridad social, y sin protección contra la pobreza.

Este fenómeno también persiste a nivel mundial. Según el Informe Global de la Brecha de Género 2017 del Foro Económico Mundial, de continuar con el ritmo actual tendrían que pasar 100 años más para que hombres y mujeres alcancen la paridad en educación, salud y participación política. Pero para cerrar la brecha de género en el lugar de trabajo, faltarían ¡217 años! Este techo parece realmente inalcanzable.

Una de las causas detrás de este enorme desafío es que la matrícula fe- menina en educación superior se concentra en carreras como educación, ciencias sociales y administrativas que tienen campos de trabajo de menor remuneración; mientras que los hombres registran una mayor participación en las llamadas STEM (ciencias, tecnología, ingenierías), lo cual les brinda acceso a empleos con salarios más altos.

Según los datos de la Encuesta Nacional de Egresados realizada por el Centro de Opinión Pública de la UVM de 2017, las mujeres se tardan más en conseguir empleo, ganan menos y tienen menos promociones en su primer empleo.

En el primer trabajo se encuentran diferencias significativas al comparar el salario de los egresados por género: 36 por ciento de las mujeres gana menos de $3,000 pesos mensuales...

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