Colaborador Invitado / Moraleja nuclear de Japón

AutorColaborador Invitado

Brahma Chellaney

Los problemas de la central nuclear de Fukushima -y de otros reactores- en el noroeste de Japón han asestado un duro golpe a la industria nuclear mundial, poderoso cártel de menos de una docena de importantes empresas de propiedad u orientación estatal que han estado pregonando un renacimiento de la energía nuclear.

Ya se conocen los riesgos que corren los reactores costeros, como el de Fukushima, a consecuencia de desastres naturales. De hecho, resultaron evidentes cuando el maremoto en el océano Índico en diciembre de 2004 inundó el segundo complejo nuclear en importancia de la India, desconectando la central eléctrica de Madrás.

Muchas centrales nucleares están situadas a lo largo de las costas, porque en ellas se utiliza una gran cantidad de agua. Sin embargo, desastres naturales como las tormentas, los huracanes y los maremotos están resultando más frecuentes a causa del cambio climático, que también provocará una elevación del nivel de los océanos, haciendo más vulnerables los reactores costeros.

Todos los generadores de energía, incluidas las centrales alimentadas con carbón o gas, requieren grandes cantidades de recursos hídricos, pero la energía nuclear más. Los reactores de agua ligera, como los de Fukushima, que utilizan el agua como refrigerante primordial, son los que producen la mayor parte de la energía nuclear. Las enormes cantidades de agua local que consumen para sus operaciones pasan a ser corrientes de agua caliente, que se bombean a los ríos, los lagos y los océanos.

A medida que el calentamiento planetario aumente las temperaturas medias y el nivel de los océanos, los reactores situados en el interior contribuirán más a la escasez de agua y resultarán afectados por ella. Durante la ola de calor sin precedentes de 2003 en Francia, hubo que reducir o detener las operaciones en 17 reactores nucleares comerciales a causa del rápido aumento de las temperaturas de los ríos y lagos. En julio de 2006 hubo que desconectar el reactor de Santa María de Garoña (España) durante una semana, tras el registro de altas temperaturas en el río Ebro.

Así, las propias condiciones que en 2003 y 2006 impidieron a la industria nuclear suministrar toda la energía necesaria en Europa fueron, paradójicamente, las que crearon una demanda máxima de electricidad a causa de un aumento de la utilización del aire acondicionado.

Francia gusta de exhibir su industria de energía nuclear, que suministra el 78 por ciento de la electricidad...

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