Colaborador Invitado / Pablo Majluf: Triunfó el diablo

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En nuestros pardos tiempos de censura multitudinaria y corrección política resulta difícil entrevistar al personaje de mayor interés público: el diablo. Si para Walter Lippmann "la tarea más alta del periodista es decir la verdad y deshonrar al diablo", su máxima está en aprietos. También la de nuestro Julio Scherer: "si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos".

Esta semana, una ola irreflexiva de reproche en boca de los ya tradicionales ofendidos -paladines autoproclamados de la virtud y el buen camino, pero centinelas involuntarios de la cerrazón- increpó al magnífico David Remnick, editor general de la eminente revista The New Yorker, por haber invitado a Steve Bannon, uno de los más siniestros ideólogos del trumpismo, a su festival otoñal de las ideas para una entrevista en foro abierto.

A Remnick le cayó el avispero digital. "Estoy asqueada de que el Festival de las Ideas de The New Yorker haya invitado a Steve Bannon como cabeza del cartel. No es un funcionario público, no es intelectual legítimo; es un organizador de extrema derecha que explota la credibilidad intelectual de la plataforma", tuiteó la documentalista y periodista Lindsay Beyerstein. Le siguieron las celebridades Jack Antonoff, Judd Apatow, John Mulaney, Sally Yates, Boots Riley y Jim Carrey, quienes también eran invitados y amenazaron con cancelar su participación. En unas horas, las redes sociales eran una olla hirviendo y cientos de lectores habían cancelado no sólo su asistencia al evento sino... ¡su suscripción a la revista!

Remnick -acaso uno de los periodistas más agudos e incisivos del mundo- pidió calma, prometiendo que haría la entrevista con la seriedad y sobre todo la mordacidad de siempre; que en su calidad de diablo -algo que cualquier periodista de primer semestre sabe- Bannon tenía mucho que ofrecer. Pero las quejas no cesaron, la cancelación de suscripciones continuó y Remnick, probablemente bajo presión interna (aunque esto es una suposición mía), tuvo que recular, posponiendo el encuentro con Bannon para "otra ocasión y otro formato", empero no sin lamentarse en una carta diciendo que Oriana Fallaci, la gran entrevistadora del siglo pasado -cuya lista de diablos cuestionados incluyó ni más ni menos que a Kissinger, el Ayatolá Jomeini, Muamar Gadafi y Ratzinger- difícilmente podría vivir hoy.*

Afortunadamente, el semanario inglés The Economist -también liberal y una de las publicaciones más viejas del mundo-, envuelto en exactamente el...

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